lunes, 22 de marzo de 2010

Parto en casa

La investigación de muchos miles de partos que hizo la Dra. Tew demostró incluso que, durante el mismo tiempo, cuando más mujeres iban al hospital para sus partos, siempre la seguridad de los partos en casa fue mucho mejor. Entre 1958 y 1970, sin incluir los casos de alto riesgo, la mortalidad perinatal en hospital era 17.2 por 1000 nacimientos y 6.0 por 1000 en partos en casa.
La Dra. Tew también analizó los partos de alto riesgo y descubrió que los resultados en casa siempre eran mucho mejores que en los hospitales (ver cuadro).
Tasa de mortalidad materna por 1000 partos
Riesgo Hogar(partera) Hospital
Riesgo muy bajo 3.9 8.0
Riesgo bajo 5.2 7.9
Riesgo moderado 3.8 32.0
Riesgo alto 15.5 53.2
Riesgo muy alto 133.3 162.6
Todos 5.4 28.0
(Tew cit. por Thomas, 2000)
Marjorie Tew concluyó que la intervención obstétrica puede salvar la vida de algunas mujeres y bebés, pero en la mayoría de los casos la intervención obstétrica aumenta el riesgo de manera significativa. "El parto en casa es tan seguro como el parto en hospital para mujeres de bajo riesgo. Es más, en hospital las mujeres de bajo riesgo tendrán más complicaciones durante y después del parto." (Tew, 1998)
Desde entonces se publicaron numerosas investigaciones que han confirmado las conclusiones del trabajo de la Dra. Tew. En 1987, el Centro Nacional de Epidemiología en Perinatología, en Oxford, hizo una revisión comprensiva de la evidencia científica comparando la seguridad del parto en hospital y casa, y determinó: "no existe evidencia para apoyar la creencia de que la disminución de mortalidad perinatal en Inglaterra y Gales se atribuye al pasar el parto al hospital, tampoco para confirmar que es más seguro para las mujeres parir en hospital". (Campbell y MacFarlane, 1987).
La Revista Médica Británica publicó cuatro estudios que evaluaron el parto en casa en varios países de Europa; se encontró que para mujeres de bajo riesgo, el parto en casa es tan seguro como en el hospital y, en muchos casos, más seguro (BMJ, 1996).
Estudios realizados en Holanda, un país con un sistema oficial para realizar el parto en casa, donde las parteras profesionales son preparadas para atender la mayoría de los partos en el hogar, han demostrado lo siguiente:
De todos los estudios que comparan partos en casa y en hospital, surge la evidencia de diferencias enormes entre la tasa de intervención obstétrica entre los dos grupos, incluso cuando se comparan mujeres del mismo riesgo.
La disminución en tasas de mortalidad no se atribuye a trasladar el parto al hospital. Con base en la evidencia disponible, no existe indicación de que el parto en casa no sea seguro para mujeres de bajo riesgo o que los hospitales sean intrínsecamente más seguros. (Abraham-Van der Mark, 1996)
En otra investigación con datos de varios países, se pusieron en evidencia los beneficios del parto en casa. Se analizaron los resultados de seis grandes investigaciones que incluyeron 24092 partos. Se tomó en cuenta la condición del bebé cuando nace (calificación de los apgars), laceraciones (desgarres) maternas, e intervenciones. Encontraron que en los partos en casa hubo menos apgars bajos y menos laceraciones severas. Hubo también menos intervenciones médicas en los partos en casa, como inducción del parto, episiotomía, fórceps, cesáreas. La mortalidad en los dos grupos no era diferente (Olsen, 1997).
El parto en casa es una buena alternativa al hospital para mujeres de bajo riesgo, y el índice de intervenciones médicas es reducido.
Pocas mujeres costarricenses, en la actualidad, eligen tener su parto en el hogar, aunque algunas ya lo están haciendo. Las que eligen la casa, aun contando con la opción de ir al hospital, tienen que sentirse muy seguras, porque la mayoría de personas a su alrededor están llenas de miedos y mitos hacia esa opción. Algunas mujeres reconocen sus necesidades de tener privacidad, seguridad, confort, control, libertad y respeto en los aspectos emocionales y espirituales del parto. Quizá algunas hayan tenido malas experiencias hospitalarias anteriores, o se sienten abandonadas y alienadas por el ambiente clínico del hospital. Muchas mujeres quieren evitar intervenciones obstétricas no necesarias. Otras de las ventajas que han expresado y surgen en investigaciones son que el contexto familiar mejora las relaciones intrafamiliares, y tener su bebé en casa puede ayudar a la madre a establecer la lactancia, adaptarse a la maternidad y formar vínculos fuertes con su bebé
Hasta que existe información precisa acerca del parto en nuestro país, debemos considerar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud acerca del lugar del parto (WHO, 1985). Dicen que en muchos países la institucionalización del parto ha culminado en rutinas y procedimientos riesgosos, y que la presencia de desconocidos y estar sola o "abandonada" durante el parto causa estrés, que interfiere con el progreso de la labor del parto, provocando "una cascada de intervenciones".
En los países donde se proveen condiciones apropiadas para el parto en casa, se observan mejores resultados en ese parto que en hospital, en cuanto seguridad y satisfacción. Por otro lado, en los países donde no existen alternativas adecuadas, las mujeres no tienen opciones y tienen que parir en casa, sin respaldo de atención médica para complicaciones o, como sucede en Costa Rica, tienen que parir en hospital con el riesgo de ser sometidas a intervenciones obstétricas no necesarias.
Finalmente, se recomienda que las mujeres den a luz en el lugar donde se sientan más seguras y donde haya seguridad de atención. Para una mujer sin factores de riesgo podría ser en su casa, en una clínica materna o centro de partos, o en hospital. En cualquier caso, el lugar del parto, según la OMS, debe ser un lugar donde toda la atención se enfoque sobre las necesidades individuales de la mujer y su seguridad, lo más próximo posible a su hogar y cultura. Los partos en casa deben tener respaldo del sistema médico, con transporte disponible y acceso pleno a atención médica en caso de una complicación o emergencia.
Los derechos humanos se pueden definir como la libertad para defenderse de "tratamientos" inhumanos, peligrosos, humillantes, riesgosos, sin consentimiento previo o no-evaluados. La institución de obstetricia ejemplifica el abuso de los derechos; diariamente las mujeres están sometidas sin consentimiento a procedimientos que no han sido evaluados; no se sabe las tazas ni las consecuencias de las "normas", como es la hospitalización en el parto, los tactos vaginales, los sueros de glucosa o pitocín, las drogas ilícitas como el cytotec, la posición obligada de litotomía y los estribos, las episiotomías (piquete). Las evidencias de otros países pueden poner en evidencia los probables riesgos de la medicalización y hospitalización del parto, y a los beneficios del parto no-medicalizado, pero hasta ahora no existe la voluntad de evaluar ni modernizar las prácticas en Costa Rica. No obstante, las mujeres tenemos el derecho a saber y decidir sobre las prácticas obstétricas, y las autoridades tienen la obligación moral y legal de estudiarlas y revelar la información al público.
Para actualizar las "normas" obstétricas habrá que tomar en cuenta: la evaluación científica de las prácticas en Costa Rica y en otros países, la experiencia y opiniones de las mujeres, el uso y gasto racional de los recursos y el tipo de sociedad que queremos para nosotras, nuestros hijos e hijas, y las generaciones futuras.
La maternidad segura significa el respeto hacia las mujeres y sus cuerpos, su derecho a decidir sin coerción y participar plenamente en todo momento en sus procesos, y a tener acceso libre a los servicios especializados a tiempo. Actualmente no existen condiciones para un parto seguro en Costa Rica, y hasta que evalúan y actualizan las "normas", las mujeres que vayan al hospital, y también las mujeres que quedan en el hogar para dar a luz, siempre estarán corriendo riesgos evitables.
Recuadro
Números tristes
Cada año mueren cerca de 600,000 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo y parto. Además, dichas complicaciones contribuyen a más de tres millones de muertes infantiles (durante la primera semana de vida) y otros tres millones nacidos muertos, según la UNICEF.
La tasa de mortalidad materna de Costa Rica se sitúa entre el promedio de Europa (36 por 100.000) y Norteamérica (11 por 100.000) llega entre 20 y 25 por 100.000 partos. La tasa promedio de América Latina es de 190 por 100.000, la de Africa 870, Oceanía 680 y Asia 390.
En general, las causas de mortalidad materna en el mundo son: hemorragia (25%), infección (14%), pre-eclampsia (13%), aborto inseguro (13%), obstrucción (7%), otras causas directas (8%), causas indirectas, como anemia y malaria (20%).
Según los estudios de UNICEF y OMS, los países más ricos no siempre tienen tasas más bajas de mortalidad; la riqueza no garantiza mejores índices. La organización Save the Children indicó que los países con los índices de mortalidad materna más bajos son los en que tienen un mejor sistema de salud pública, mejor educación y alfabetización mayor al 90 % de las mujeres, acceso (casi universal) al agua potable. Esas condiciones influyen para bajar el índice de mortalidad materna. Asimismo, esa organización indica que los países en los que hay más mujeres en puestos de gobierno, tienen mejores índices de salud materna

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