martes, 3 de marzo de 2009

¿ Todo nos toca a nosotras?


Si las situaciones desesperantes no aparecen solas, las trae el jardín o la escuela.
Como cuando a tu nena que va a Sala Rosa le toca hacer de dama antigua el 25 de Mayo, pero no quiere hacerlo. Tenés que ponerle miriñaque a una miniatura de tres años que quiere disfrazarse de hada o de princesa, no de dama antigua. Tampoco quiere saber nada con peinetones en la cabeza, porque las princesas no usan peinetones.
No te queda más remedio que llegar tarde al trabajo luego de depositarla en el jardín luego de que la convertiste de que se vista de “hada antigua”- con un disfraz improvisado con una pollera vieja, una blusa arremangada y varios pañuelos,- tapada con toneladas de maquillaje para acallar sus quejas.
¿Fin de los problemas con el jardín?
No, el problema empieza a la salida del jardín: “Mami, ¿hoy puedo invitar a Rocío a casa?”
Esa frase es fatal. Vos no sabés si Rocío es tan suave y dulce como su nombre lo indica, o si es una minipunk que se va a divertir saltando sobre tus sillones y cabalgando sobre tu perro. Si ese mismo día tu hijito invita a sus amigotes Tobías y Manuel, ya sabés que aunque Rocío sea una dulce mujercita, Tobías y Manuel junto con tu hijo son capaces de convertir tu casa en una sucursal de Bagdad bombardeada mezcla con huracán del Caribe.
¿Como controlar a tantos niños sin una madre vigilante?
Queremos que tengan su vida social, nos encanta que se animen a invitar chicos… ¡pero mamá no está para avisarles que no pueden apilar tres sillas para acceder a la alacena de las galletitas! Si decimos “no inviten a nadie”, les coartamos su vida social. Pero si decimos siempre que sí… ¿Quién los controla?
Llegás a la tarde a casa agotada, para enterarte de que por suerte no pasó nada grave. Tobías perdió las pilas recargables de tu cámara digital, Manuel rompió una cuerda de la guitarra de tu marido, tu hijo tiró por el balcón la lapicera favorita de tu marido y Rocío – la amiguita de tu hija - se dedicó a bailar un patriótico malambo sobre galletitas Oreo pisoteadas sobre la alfombra…Pero están todos vivos, y por suerte en cinco minutos más, los respectivos padres pasarán a buscarlos a todos. Bueno… ya hace una hora y media que dijeron eso.
Es que para las otras madres tampoco hay nada mejor en la vida que saber que sus hijos están cuidados por otra madre. Equivale a unas minivacaciones de dos o tres horitas. ¡ Pero qué buena idea!

- Lucas …¿ No tenés algún amiguito que te invite a su casa a un piyama party que dure dos o tres días, mi amor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario