jueves, 5 de marzo de 2009

Enojadas , puede ser ...¿Aburridas? ¡ Jamás!


Cada día de la vida es para una madre una aventura asombrosa, porque los niños tiene la increíble capacidad de hacer desvanecer las rutinas.
Conozco mujeres que de solteras se quejaban de que estaban aburridas, y que en cuanto tuvieron un hijo, el aburrimiento se les desvaneció de manera definitiva. Esto no quiere decir que te aconseje tener hijos en vez de alquilar videos. Lo que quiero decir es que un hijo te puede hacer sentir frustrada, furiosa, agotada...pero jamás aburrida. Y menos, sola. Una puede sentirse sola de joven. Pero siendo madre… ¡adiós, soledad! Es más: empezás a desesperarte pensando “¿Cuando tendré un rato sola?”. La palabra “sola” - que antes te estremecía de terror- …¡ahora te suena a paraíso terrenal!
No hay recetas sobre cómo encarar la maternidad, ni métodos mejores o peores de hacer las cosas. Sólo hay madres distintas, cada una haciendo lo suyo de la mejor manera posible. Y seguro que lo hace muy bien, porque lo hace con amor.
Mi madre, por ejemplo, esterilizaba todo lo que estaba cerca mío. Me ponía escarpines y zapatitos de charol. Me obligaba a comer sesos e hígado, por el hierro. Sólo ella decidía qué ropa me pondría y cómo me peinaría, hasta que cumplí 12 años. En sus ratos libres, tejía o cosía.
Cuando yo tuve a mis hijos, nunca me lavé las manos para alzarlos, salvo que viniera de enterrar un perro en el fondo. Nunca perdí tiempo esterilizando nada, porque los chicos a los cinco meses ya están chupando suelas de zapatillas y comiendo puchos del suelo. Vestí a mis hijos con ropa oscura para que pudieran gatear por donde quisieran sin que yo no me preocupara por la mugre. Hasta que empezaron a caminar, estuvieron siempre descalzos. Nunca les puse escarpines. Descubrí que eso mantiene a los bebés muy tranquilos- usan los pies para el tacto- y no se les enfrían, porque los tienen muy cerquita del corazón. Nunca hice sesos ni hígado. Se visten solos desde los 4 años. A veces eligen combinaciones pasables, otras parecen disfrazados de murguistas, pero a mí me sacan un enorme peso de encima seleccionando su propia ropa. En mis ratos libres , lo que hago es ….perdón , ¿ de qué rato libre me hablan?
¿Alguien puede decir que alguno de los dos estilos sea mejor o peor que el otro?
Si le preguntan a mi madre, ella dirá que mi sistema es desastroso. El de ella, tal vez, fue más dedicado. Pero yo trabajo en casa y fuera de casa, y si no simplifico, me internan.
En suma: me frustro, me estreso, me agoto, me enojo…pero ya no entiendo a las mujeres que juegan solitarios, resuelven crucigramas o me llaman diciendo “¿Hacemos algo, que estoy aburrida?” , porque hace unos cuantos años – exactamente los de mi hijo mayor - que nunca me aburro.
¿Queda muy mal decirle a una amiga “¡Dale, vení a casa a planchar!”?

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