martes, 3 de marzo de 2009

Amas de casa desesperadas


Ser una madre que trabaja se parece al parto de tu primer hijo. Una puja horas obedeciendo las órdenes del obstetra, hasta que agotada, grita: “¡No puedo más!”… ¡y justo en ese instante nos muestran al bebé recién salido! Es justo eso lo que nos pasa a las madres: mientras sentimos que no podemos hacerlo…lo estamos haciendo.
Ser esposa, madre y trabajadora no es nada nuevo. Las mujeres siempre trabajaron. Ya fuera en trabajos formales o en changas, como médicas o como lavanderas, como abogadas o vendiendo velas artesanales que hace en el garage, toda mujer en algún momento de su vida intentó ganarse unos pesitos para parar la olla o para sus propios gastos.
Tampoco es novedad que hay muchos varones que se hacen cargo personalmente de casa e hijos, y cumplen ellos mismos esta agotadora doble jornada. Pero siguen siendo más las mujeres que sienten que casa e hijos son su exclusiva responsabilidad, por más que además tengan empleos de tiempo completo.
Un informe de 1986 de ILET sobre la Mujer, de la República Dominicana٭, publica una lista de 198 tareas cotidianas que debe hacer un ama de casa. Una lo lee hoy, y ese listado correspondería al de una mujer que está de vacaciones en un resort cinco estrellas de Punta Cana. Menciona muchas cosas que aunque parecen simples no lo son.
La tarea número 9 , por ejemplo , es “Recoger cosas tiradas”. La mayoría de las casas está habitada por gente que cree que el lugar donde se guardan las cosas es el piso. La única persona que no soporta verlas ahí, sos vos.
Yo amplié ese listado para ajustarlo a las labores reales de una mujer actual, y llegué - solamente en tareas cotidianas básicas - a la friolera de 402 trabajitos mínimos que tiene que hacer cualquier mujer todos los días para que la casa funcione, suponiendo que tenga hijos sanos, no tenga ancianos a cargo, y que no se rompa un caño en el baño.
No voy a reproducir el listado aquí porque se iría el libro en eso, pero daré algunos ejemplos de las tareas femeninas agregadas con al modernidad. Es que a más poder adquisitivo, más cosas en la casa y más trabajo con las cosas. Por ejemplo, la tarea 326 es “Limpiar el horno a microondas”. Hay que limpiarlo porque si acumula grasa se descompone. También hay que mandarlo al service cuando los chicos olvidaron una cuchara en su interior. Y acordarse de ir a buscarlo al service. Otras tres tareas necesarias para tener con qué calentarse un café que nos permita estar despierta…¡para limpiar el microondas!.
La tarea 377 es “Cargar los celulares”. Porque cuando esperás que tu hijo llegue a mediodía, él vuelve a medianoche diciendo “El celu se quedó sin batería”. Pobre santo, si sólo tiene 17 años,¿cómo va a saber que existen los teléfonos públicos?
La 383 dice “Chequear cómo anda el auto”. Definitivamente, un auto no ayuda a las madres. Si es de tu marido, le tenés que pedir de rodillas que te lo preste. Si es tuyo, tenés que arrodillarte a ver qué es eso que le gotea debajo del motor. Y luego, arrodillarte ante el mecánico para que no te mate con el precio del arreglo. O sea, una mujer con auto vive de rodillas, rezando para que no se rompa justo cuando llevás a tu hijo al médico o la profe particular de matemáticas (que tiene menos turnos que el médico) .
La tarea femenina 402 sugiere: “Pedir al marido que te dé una mano”. Una siempre espera que el marido dé una mano. En realidad, no espera una mano, sino ser reemplazada por el marido. Mejor aún: ¡que él sea la madre! Pero una sigue esperando que por lo menos ayude. Aunque “ayudar” no significa “hacerse cargo” de que la tarea esté acabada. Claro que hay padres que los bañan, pero jamás recuerdan cortarles las uñas ni darles el medicamento a la hora que les toca. O sea que una no se salva de verificar que lo que deba hacerse, sea hecho.
Tener una empleada doméstica tampoco te salva.
Entrenarlas en hacer las cosas a tu modo y que no laven los platos con champú anticaspa lleva casi tanto tiempo como que las hagas vos misma. Y todavía no figuran las otras trescientas cosas que tiene que hacer en el trabajo.
Con este panorama…¿Cómo no vamos a estar desesperadas?
La serie americana “Ama de casas desesperadas” tuvo éxito por mostrar madres desesperadas por ir corriendo a la cama a tener sexo.
Es cierto que toda madre quiere ir corriendo a la cama… ¡pero a dormir!

٭ “Mujer, madre y divorciada”, de Mirta Videla, Edit Besana, Bs As , 1986

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