domingo, 27 de diciembre de 2009

Mi deseo para el 2010

Un dios adentro tuyo


En estas fechas se impone desear algo a la gente querida , pero uno duda …¿ que desear , que sea verdaderamente útil, sin caer en el clisé?

Podria desearte felicidad, pero es un estado muy etéreo y fugaz, inasible, que depende de demasiadas cosas como para concretarse.

Podría desearte salud, lástima que es la única cosa que se nota cuando falta.

Podría desearte prosperidad y éxitos, que es como desearte que ganes la lotería: un azar que no depende de uno .

Podría desearte amor, una palabra tan bastardeada, incomprendida y usada sólo para el amor de pareja, que me resisto a usarla.

Me quedé pensando en qué puedo desearte que te sea realmente útil en este año venidero.

¿ Qué es lo que diferencia a la gente feliz y satisfecha de los infelices que se quedan en la queja eterna?

¿ Qué es lo que tienen los que crecen y maduran , que no viven paralizados?

¿ Qué es lo que mejor combate al miedo?

¿ Qué es lo que produce cambios favorables en la sociedad?

Me di cuenta de qué es lo que quiero desearte.

Te deseo entusiasmo.

La gente que hace cosas, que concreta sus sueños y que pone empeño en convertirse en lo que quiere , siempre es entusiasta .

¿ Y qué es el entusiasmo?

En latín y griego ‘enthusiasmós’, significa “llevar un dios adentro del alma” , un dios que te proteje y te da fuerzas, una fuerza divina que es motor de todo lo que hacés. Sin ser creyente, creo que todos llevamos un dios adentro, más dormido o más despierto. Cuando se despierta, nos entusiasmamos.

Según el diccionario, el entusiasmo es la exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo cautiva. Es la adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o propósito. Es la inspiración divina de los profetas, el arrebato creador de artistas y poetas . Cuando estamos entusiasmados nos acompaña un ejército invisible para lograr las metas que nos proponemos. Nadie nos para. Tenemos reales ganas de intentarlo. No nos arredra ningún esfuerzo. Confiamos en nuestra fé , creemos en que podremos. Nos divierte intentarlo. Creemos que vale la pena.

Lo contrario del entusiasmo es la abulia, la depresión, la indolencia, la decepción, el dejarse estar, presos del escepticismo .

Cuando tenemos entusiasmo, tenemos esperanzas , confiamos en nuestros sueños . Y lo mejor del entusiasmo es que es contagioso y pone en marcha hasta las voluntades de los más escépticos. El filosofo Bertrand Russell dijo que “El signo más universal y distintivo de los hombres felices es el entusiasmo”. Te deseo eso : felicidad nacida del entusiasmo.
Sólo nos quedan comienzos.


Ana von Rebeur – Dic 2009

lunes, 30 de noviembre de 2009

Nodrizas


Hubo una época en la historia, en que las madres de la lata sociedada no daban de mamar , sino que contaban con nodrizas o amas de leche . Sabiendo que no hay mejor alimento para un bebé que la leche materna, ellas evitaban el engorro de andar todo el dia con el bebé succionando de la derceha o de la ziquierda , y contrataban matronas de pechos abundantes que se pasaban la vida lactando hijos ajenos. Una solucion inetresnate para las que sabmos lo quie es amamantar ...¿ no es cierto?
Encontre en la web este articulito que cuneta como se legia las nodrizas en el pasado, y cómos se las alimentaba para que dieran buena leche ...
¿ Para cuándolas nodrizas del siglo XXI?

Los primeros alimentos de reyes y nobles en el Siglo de Oro en España: Las nodrizas
Carlos Azcoytia

Es interesante, dentro de la historia de la gastronomía, estudiar la primera alimentación de los niños de las clases pudientes españolas en el Siglo de Oro y que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX. Esta alimentación no era otra que la leche humana facilitada por mujeres cuya profesión era la de nodrizas; estas eran cuidadosamente seleccionadas dada la elevada mortandad infantil y su posición en la Corte.
Ya en 'Las Partidas' de Alfonso X El Sabio se dice: "En que manera deven ser guardados los fijos de los Reyes.- Facer deve el Rey guardar sus fijos... e los que primeramente deven facer esta guarda ha de ser el Rey e la Reyna... deven aver tales amas que ayan leche asaz, e sean bien acostumbradas e sanas, e fermosas, e de buen linaje, e de buenas costumbres, e señaladamente que non sean muy sañudas... Ca si ovieren abondanza de leche e fueren bien complidas e sanas, crían los niños sanos e rezios. E si fueren fermosas e apuestas, amarlas han mas los criados e avran mayor placer cuantos la vieren... E si non fueren sañudas criarlos han mas amorosamente, e con mansedumbre que es cosa que han mucho menester los niños para crescer..."
Pese a las recomendaciones desde muy antiguo de los galenos sobre la inconveniencia de no dar de mamar a los hijos, las mujeres de las clases opulentas del país prefería, por comodidad y por estatus, tener esta servidumbre que por regla general acompañaban a sus hijos durante toda su vida, formando parte casi familiar del niño/a amamantado, incluso se daban casos de lazos de hermandad entre los niños amamantados por estas mujeres a los que se les llamaban hermanos de leche.
En 1541se edita un libro escrito por Damián Carbón titulado 'Libro del Arte de las Comadres y del Regimiento de las premiadas y paridas y de los niños", libro importantísimo porque es el primer tratado en castellano sobre obstetricia y ginecología, pese a que su autor jamás asistió a un parto, en el que se hacen las recomendaciones pertinentes para hacer una buena elección de estas mujeres lecheras y donde menciona que además de un agradable aspecto deben de tener buen carácter y no ser tristes ni tímidas, ya que estas cualidades influían en los amamantados por lo humores que se transmitían por medio de la leche.En 1504 se edita un libro de Juan de Huarte de San Juan (¿1529-1588) titulado 'Examen de ingenios para las ciencias' dedicado a Felipe II en el que dedica estas recomendaciones para buscar una buena nodriza: "Tercero que conviene es buscar un ama moza, de temperamento caliente o seca, o (según nuestra doctrina) fría y húmida en el primer grado, criada a mala ventura, acostumbrada a dormir en el suelo, a poco comer y mal vestida, hecha a andar al sereno, al frío y al calor. Esta tal hará la leche muy firme y usada a las alteraciones del aire, de la cual manteniéndose muchos días los miembros del niño, vernán a tener mucha firmeza. Y si es discreta y avisada, le hará mucho provecho al ingenio; porque la leche de ésta es muy enjuta, caliente y seca, con las cuales dos calidades se corregirá la mucha frialdad y humidad que el niño sacó del vientre de su madre. Cuánto importe a las fuerzas de la criatura mamar leche ejercitada, pruébase claramente en los caballos, que, siendo hijos de yeguas trabajadas en arar y trillar, salen muy grandes corredores y duran mucho en el trabajo; y si las madres están siempre holgando y paciendo en el prado, a la primera carrera no se pueden tener. El orden, pues, que se ha de tener con el ama es traerla a casa cuatro o cinco meses antes del parto y darle a comer los mesmos manjares de que usa la preñada; para que tenga lugar de gastar la sangre y los demás humores que ella tenía hechos de los malos alimentos que antes había comido, y para que el niño, luego en naciendo, mame la mesma leche de que se mantuvo en el vientre de su madre, a lo menos hecha de los mesmos manjares".
Abundando sobre este libro, el más traducido de su época, encontré sorprendentes consejos de todo tipo en lo referente a la unión de hombres y mujeres que hasta da vergüenza ajena el leerlo, y para muestra baste un botón, transcribiendo la forma de saber si una mujer es estéril, aunque esté fuera del cometido de este estudio pero por lo anecdótico del tema merece la pena leerlo: "En la mujer que no pare estando casada, manda hacer Hipócrates dos diligencias para conocer si es por falta suya o porque la simiente de su marido es inhábil para engendrar. La primera es sahumarse con encienso o estoraque, ciñiéndose bien la ropa y que las sayas arrastren por el suelo, de manera que ningún vapor ni humo pueda salir; y si dende a un rato sintiese el sabor del encienso en la boca, es cierta señal que no es por falta suya el no parir, pues el humo halló los caminos del útero abiertos, por donde penetró hasta las narices y la boca. La otra es tomar una cabeza de ajos mondada hasta lo vivo y ponerla dentro del útero al tiempo que la mujer se quiere dormir; y si otro día sintiere en la boca el sabor de los ajos, ella es fecunda sin falta ninguna. Pero estas dos pruebas, puesto caso que hiciesen el efecto que dice Hipócrates, que es penetrar el vapor por la parte de dentro hasta la boca, no arguye esterilidad absoluta del marido ni fecundidad entera de la mujer, sino mala correspondencia de ambos a dos. Y, así, tan estéril es ella para él como él para ella; lo cual vemos cada día por experiencia, que, casándose él con otra, viene a tener hijos. Y lo que más espanta a los que no saben esta filosofía natural es que, apartándose dos con título de impotencia, y casándose él con otra y ella con otro, han venido ambos a tener generación. Y es la causa que hay hombres cuya facultad generativa es inhábil y no alterable para una mujer, y para otra es potente y prolífica; como lo vemos por experiencia en el estómago, que para un alimento tiene el hombre grande apetito, y para otro, aunque sea mejor, está como muerto".
En las capitulaciones del matrimonio fallido entre la infante María, hermana de Felipe V, y Carlos, príncipe de Gales, en el año 1623 encontré este curioso apartado referente a las amas de cría: "...que las amas de dieren leche y criaren a los hijos de la serenissima Infanta puedan ser católicas y toque a su Alteza el elegirlas, o sean inglesas o de la nación que su Alteza quisiere y pertenezcan a su familia y gosen de los privilegios della".
Entre la correspondencia de la Princesa de Ursinos, Camarera Mayor de María Luisa Gabriela de Saboya, primera esposa de Felipe V, con Madame Maintenon, se puede leer las dificultades que tuvo para encontrar en España una buena nodriza para el heredero a la corona: "El clima en que han nacido les hace hervir la sangre en las venas y deja a la mayoría de las mujeres en un estado que puede alterar fácilmente la bondad de su leche, además sus senos son pequeños por naturaleza y no tienen la cantidad de la de los países menos calientes".
En 1629 se publica en Jaén un tratado de Juan Gutiérrez de Godoy, médico del Cabildo de la Catedral, que lleva por título: 'Tres discursos para probar que están obligadas a criar sus hijos a sus pechos todas las madres, cuando tienen buena salud, fuerzas y buen temperamento, buena leche y suficiente para alimentarlos". Este pequeño tratado se divide en tres partes bajo los siguientes epígrafes: "La leche de las madres estando sanas es la mejor"; "Cuanta crueldad y desamor es no criar las madres a sus hijos. Carecen de piedad y religión"; "Graves daños e inconvenientes se siguen de criarlos con leche agena". El tratado guarda relación con el capítulo que cierra el libro de Juan de Huarte 'Examen de ingenios para las ciencias', titulado "Donde se declara qué diligencias se han de hacer para conservar el ingenio a los niños después de estar formados y nacidos" del que ya hemos hablado.
La importancia que tenían estas mujeres es tal que al recibimiento que se les hace en palacio se les presenta a los reyes y la primera noche cenan con la Camarera Mayor, teniendo beneficios especiales, como el privilegio de hidalguía con exenciones de tributos o cargos para sus hijos en la Casa Real.
Actuaban hasta el destete de la criatura, que solía ser sobre los tres años de edad, por lo cual se les recompensaba no sólo con un sueldo, sino también con la comida y el alojamiento. Sobre la nodriza de la Infanta Margarita, la que posa en lugar central del cuadro de Velázquez las Meninas se le da las siguientes raciones de comida: 4 gallinas, 4 libras de carnero, 1/4 de tocino, dos de fruta, 2 panes de boca, 12 1/2 libras de carbón, 1 1/3 onzas de cera, 2 2/3 onzas de sebo y al mes media libra de pimienta, 2 de azafrán y 100 ducados.
También es cierto que desde su posición de privilegio estas mujeres medraban en la corte y como ejemplo tenemos a Ana de Guevara, nodriza de Felipe IV, la cual intervino contra el Conde Duque de Olivares. Este privilegio es tal que el nieto de la infanta Carlota Joaquina (en 1775), Fernando Muñoz, duque que Riansares fue el segundo marido de la esposa de Fernando VII.
La nodriza Francisca Ramón asiste a la jura como Princesa de Asturias de la futura reina Isabel II cuando ésta sólo tenía tres años.
Estas mujeres, hasta el reinado de Fernando VII, solían ser de Burgos o la provincia, las cuales mantenían sus vestimentas de serranas, para pasar a ser de Santander, las cuales vestían sus vestimentas de pasiegas.
En la Casa Real española la última vez que se tiene noticias de estas mujeres se tienen de un informe de Jefe de Cocinas de Alfonso XIII donde se puede leer, en francés, lo que se les sirve a las tres nodrizas, una matrona, dos doncellas y tres domésticas como desayuno: 9 panes largos, 5 papeles de a doce de biscuit, 10 onzas de chocolate, 2 litros de leche, dos litros de café, 9 coquilles de mantequilla, 36 galletas variadas, 14 huevos frescos, 25 picatostes, 2 piezas de azucarillos y azúcar gras, 1 plato de carne fría. Como almuerzo para las institutrices y ama según menú de los señores, además cocido todos los días para el ama y 8 manzanas asadas todas las semanas.
Como se puede comprobar eran personas muy requeridas y cuidadas por los servicios inestimables que prestaban.

sábado, 11 de julio de 2009

DIEZ SIMPLES MANERAS PARA EVITAR SER MADRE


Ser madre no es para todo el mundo.
Se necesita una paciencia de largo alcance, un don de liderazgo natural, tener ángel pero ser temible y ser decidida pero amable.
En general, sabemos que las madres no nacen, se hacen . ¿Pero qué pasa si te parece que todavía no es el momento de arruinar tus noches con llantos al amanecer?
De las siguientes maneras:


1- EL METODO DE LOS DIAS: Después del primer día de menstruación hay tres días seguros, y a partir del cuarto, otra vez hay como diez días terriblemente inseguros. O sea que toda pareja cuenta con tres días de absolutamente tranquilidad por mes: los de la menstruación. No apto para mujeres con tan mala memoria que no recuerdan qué día les tiene que venir.

2- EL METODO DE LA TEMPERATURA: Cuando la mujer está ovulando, la temperatura basal de su cuerpo sube algo así como medio grado.
Para saber cual es su temperatura basal, hay que anotarla todos los días, durante tres meses. Al cuarto mes de abstinencia, ya puede ir sabien¬do cuál es su temperatura "fría", de días infértiles. Si vive en perpetuo estado de abstinencia sexual, apague la estufa: debe ser por eso que su termómetro no baja de 39 grados.


3- EL METODO DEL FLUJO: Cuando una está ovulando, el flujo vaginal
es fluído y elástico como la clara de huevo crudo. Los días infértiles, el flujo es más granuloso y seco al tacto. La contra de esto es que si a usted le empieza a gustar el tanteo de flujo vaginal, puede terminar prescindiendo de su marido.

4-EL PRESERVATIVO MASCULINO: Es el sistema más seguro y práctico. La contra es que hay como dos mil millones de personas en el mundo que le deben la vida a un forro que parecía entero, pero no.

5-EL DIAFRAGMA: Es una goma redonda con aspecto de pandereta, que
una nunca cree que le pueda llegar a caber en su cuerpo y la mayoría de las veces es efectivamente así. Para mayor seguridad, tiene que usarse con jaleas espermicidas muy patinosas, que harán que la pandereta le salte de las manos, y tenga que pescarla de las profundidades del inodoro. Este proceso demanda unos largos veinte minutos, en los cuales probablemente su marido ya se haya quedado profundamente dormido, con lo cual la anticoncepción será del 100%.

6-EL DIU: Es una especie de alambrecito que el médico le inserta adentro
de su útero, y que debe llevar colgando durante un par de años. Pese a que tiene un alto porcentaje de efectividad, se supo de bebés que nacieron con el DIU en la mano, chupeteándolo con fruición.

7-LA PILDORA: Son hormonas que evitan la ovulación, y hay que hacerse un nudo en cada dedo para no olvidarse de tomarlas un sólo día. Son altamente efectivas y tienen efectos secundarios casi insignificantes: pelos por todo el cuerpo, un brusco aumento de peso y un poco de cáncer.

8-EL VASO DE WHISKY: Es una bebida alcohólica de alto poder anti¬
conceptivo. No hay que tomarla ni antes, ni después, sino en vez.

9-LA SUBLIMACION: Cada uno buscará una actividad que los fascine. Y
se la llevarán a la cama. El podrá dedicarse a la filatelia y ella pondrá todas sus energías en el macramé, y usarán la cama sólo para descansar de sus hobbies.

10-DISCUSIONES EN EL LECHO: Saquen temas candentes para discutir justo cuando se meten en la cama, como por qué ella nunca le carga nafta al auto, o por qué él se olvidó de arreglar la gotera. Esto no solo garantiza

El secreto mejor guardado





SOCIAS DEL SILENCIO
La sociedad inventó el Día de la Madre para que los despistados maridos le regalen a su mujer la aspiradora que ella necesitó seis años atrás, cuando tenían alfombra. Lo que ella necesita ahora es una multiprocesadora de alimentos. Porque como la memoria de los hombres atrasa – nos regalan una tanga cuando estamos embarazadas de cinco meses, y la máquina de escribir cuando estamos pagando las cuotas de la compu-, si le decimos “ No me compres ninguna aspiradora”, lo más probable es que escuchen sólo “ No me compres”. Porque los hombres sólo escuchan la mitad de lo que decimos. Y si le damos permiso, son capaces de olvidarse de traernos un regalito digno en nuestro día, que es el único de los 365 del año que nos da derecho a recibir algún regalo utilísimo y nada personal. Lo que nos obligará a seguir rallando zanahorias como lo hacía la abuela, porque de la multiprocesadora no tendremos noticias por este año.
Pero no se nos ocurra quejarnos de que no nos regalen un perfumito francés, un diamantito o un brazaletito de esmeralditas , aunque sea.
“ El Día de la Madre es todos los días”, nos dirán ellos con una sonrisa dulce e irónica que en tácitamente implica: “...y no pretendas que te vaya a regalar algo todos los días”.
¿ Por qué pasa en que cada Día de la Madre terminamos laburando como siempre, haciendo la salsa y los ravioles para todos, poniendo y levantando la mesa y encontrándonos con una parva de platos para lavar?
Porque los hombres no saben lo que significa dar a luz.



TODO ES UNA GRAN MENTIRA

Desde chiquita una va tomando nociones de feminismo al leer "El Segundo Sexo" de Simone de Beauvoir, donde la avispada francesa nos despierta diciendo que si se usan los tacos altos es para que las mujeres no podamos correr , y si usan las uñas largas es para que no podamos hacer muchas cosas importantes sin arriesgar la belleza de las manos. La chica que no quiere que en la escuela se la confunda con una de las nenas que sólo hablan de moda y suspiran con el ídolo de moda, sea Sergio Denis o Luis Miguel , tiene que bancarse repartir y recibir trompadas de los varones en profusión, que la confunden de modo equivocado con uno de ellos.
En la adolescencia, una intenta hacerse fuerte compartiendo una cerveza con los muchachos paera no pasar el papelón de ser la única del grupo que le pide un tecito o una Cindor.
Una fue así dándose cuenta en carne propia, que ser una mujer respetada duele y deja tremendos moretones azules en los brazos, horribles resacas matinales y una sensación de que no se puede evitar el destino de “ negro del mundo” – como decía John Lennon – o ciudadano de segunda categoría, por el sólo hecho de haber nacido con cromosomas XX que, si lo miran bien , tienen una pata más de genes que el escaso XY de los varones.
Una siguió creciendo y luchando por convertirse en una misma, por tener su independencia, su identidad y su guita propia, sin tener que pedirle nada de esto prestado a ningún hombre. Pero esto tampoco es fácil. Hagamos lo que hagamos, siempre nos cuesta el doble llegar al mismo lugar adonde llega un pibito por el solo hecho de poder hacer pis de parado.
Las que lograron protagonismo en la sociedad son “hijas de” , “esposas de” o solteras sin hijos, porque en cuanto una mujer tiene que plancharle la camisa al marido y despiojar a los hijos, no puede dedicarse a full a descubrir el remedio contra el cáncer, por ejemplo. Hay excepciones, claro, pero no son la regla. No es la regla ser una María Curie, una Margaret Thatcher , una Melanie Klein o una Margaret Mead.
Es que muchas mujeres se conforman con trabajar en bambalinas para que sean los hombres los que se llevan los créditos.
- Pero yo trabajo en un programa de radio.- me dice una
- ¿ Ah sí?
- Sí . Hablo y todo. Doy la temperatura y la presión y me río de las cargadas que me hace el conductor.
- En cambio yo trabajo en la televisión -dice otra – Me pagan mientras me calle la boca y me vista sexy.

¿ Que nos pasa? ¿ Por qué nos bancamos este segundo puesto?
Todo lleva a sospechar que si en esta sociedad las mujeres se quedan dormidas en puestos de mucamas y telefonistas, y siguen habiendo lugares donde los hombres no dejan entrar a las mujeres, es porque las mujeres mismas no lucharon lo suficiente como para entrar allí. Ellos están muy contentos con su status quo, y además no les importamos un comino mientras ellos ganen más y tengan más influencia que nosotras. Por ende, SOMOS LAS MUJERES las únicas que podemos hacer algo por nuestro bienestar.
Pues bien, he descubierto que existe, en efecto, una conspiración de las mujeres contra sí mismas. Esta conspiración se basa en que ellas no hablan de frente de los partos, que es lo más fuerte, intenso y doloroso que nos pasa en la vida.
Parir es un hecho tan enérgico, maravilloso e impresionante que el sólo hecho de hacerlo tendría que abrirnos a las mujeres las grandes puertas del mundo, conseguirnos bancas en el senado, sillones presidenciales y tronos monárquicos. O al menos, entradas gratis al cine.
Pero si ellas nunca cuentan a las neófitas de qué se trata el asunto primordial de dar vida , y no se unen para despabilar a las que dicen “ Yo a mi médico le pedí que me haga una cesárea porque le tengo terror al parto”( con todo las feas consecuencias que implican volver a casa con un hijo y además un tajo cosido con punto cruz)...¿ cómo esperar que se unan para pedir mayores derechos sociales?
Si las mujeres entran a la maternidad sin tener idea de qué se trata, es porque las que ya lo saben les niegan el derecho a tener información fidedigna . La maternidad no trata de ositos de peluche , patos de goma, mantitas tejidas en colores pastel y moisés llenos de moños de raso .
Si te dicen eso, no lo creas.
Las verdaderas vicisitudes de la maternidad es uno de esos temas de los que no se habla.




“NO LE CUENTES, QUE ESTÁ EMBARAZADA”

Ultimamente se habla de sexo en todas partes con una ligereza pasmosa. Casi no hay programa de televisión, película o revista que no hable de sexo a calzón quitado.
- Mi record es de diez al hilo – dice un modelo conductor en un programa serio.
- Prefiero las lolas a las colas - dice un presentador de noticiero.
- Yo manoteo a mi marido en la oscuridad - dice Marcela Tinayre
- ¿Que te chupe qué?- dice un ministro
Pero nadie habla en serio de los procedimientos que llevan a que siga naciendo gente en el mundo. La educación sexual no existe, ni en la propia casa. Los niños preguntan cómo llegaron al mundo desde los dos o tres años de edad, y los padres responden hablando de semillitas en las panzas que confunden a críos que creen que la gente nace con bolsas de alpiste en el estomágo.
- ¿ Sexo? Andá a comprar caramelos y volvé dentro de veinte años, Camilita.
- ¿ Sexo? ¡No seas chancho, Pablito!
- ¿ Sexo? Las nenas tiene cachucha y los nenes pitulín, y entonces ....¡Ay, se me pasa el arroz!
Entonces los chicos crecen pensando que si una mujer se viste de blanco y tules y entra a una iglesia, sale de ahí con la panza hinchada por un bebé que sale por el ombligo. O que los chicos vienen en un repollo que una cigüeña trajo de París. Así es como estamos llenos de adolescentes embarazadas que jamás imaginaron que el sólo hecho de permitir que el novio les moje cierta parte de la anatomía tenía algo que ver con el hecho de gestar un hijo .
La mamá más avanzada que conozco le explicó a su nena de tres años que ella nació después que papá y mamá se dieron un abrazo muy, muy fuerte. Y ahora la nena cree que va a tener un hermanito cada vez que sus padres se abrazan.
Generalmente, a la edad en que los padres suponen que ya se puede hablar de sexo. van y les cuentan a los chicos todo lo que ellos ya averiguaron o intuyeron por su cuenta o mirando intructivos videos de educación sexual, como Anal Pasión III, Garganta Profundísima o John Bobbit Sin Cortes. Demasiado tarde.
Después pasan los años y las mujeres quedamos embarazadas. Los obstetras nos mandan, entonces, a las Reuniones de Divulgación de la Mentira Institucionalizada. O sea, a los famosos Cursos Preparto, donde nada de lo que se dice es verdad.
En ellos pretenden tranquilizarnos poniéndole su nombre científico a cada cosa: cuello del útero, placenta, dilatación, meconio, trabajo de parto. bebé a término, bolsa de aguas, líquido amniótico, fórceps, oxitocina, peridural, ¿lo qué?, etc. etc.
Pero no nos dicen la verdad de la milanesa acerca de lo que es un parto.



LA VERDAD DE LA MILANESA SALE CON FRITAS

El curso preparto sigue su curso. Y las embarazadas de panzas más grandes se van yendo día tras día, para no volver jamás a contar cómo les fue, de qué se trató esa experiencia tan largamente esperada y temida.
La que cuenta el final de la historia es la partera —que dirige el curso— y siempre cuenta lo mismo: "Fue un parto maravilloso, todo salió bien, fue lindísimo".
Una sospecha que ahí hay gato encerrado. Y empieza a preguntar a las que ya fueron madres cómo es eso del parto. Todas sonríen incómodas, prefiriendo cambiar de tema. "Duele, pero después te olvidas”, dicen absolutamente todas, obviando detalles y cambiando el tono de la conversación a temas más inocentes , como “¿ No tuviste antojos?”.
Si una las apura un poco, reconocen que en el momento del parto pensaron "Nunca más, ésto es el último hijo, no voy a pasar por esta atroz tortura otra vez". Pero como, por ahora, pasar por un parto es la única manera de traer gente al mundo, terminan resignándose a pasar por eso para que su hijo tenga un hermanito. Y se autoinmolan una vez más.
Una sola amiga me dijo la verdad del parto. Me sentí realmente agradecida y comenté con otras amigas por qué no serán todas las mujeres así de sinceras. Al día siguiente, todas la llamaron a la sincera, para recriminarle cómo me había podido ser tan bestia de haberme contado esas cosas a mí, que estaba embarazada de siete meses.
Es por eso que digo que existe una conspiración femenina declarada, una pacto de silencio, un secreto guardado entre millones de minas de todas las nacionalidades. Ya sabemos que basta que una mujer le cuente un secreto a una para que a la media hora lo sepa el país entero. Pero con el Secreto Mayor, no pasa eso. Todas guardan un silencio ominoso.
Se trata de los siguiente:
Entre todas las mujeres existe un código tácito de "No hablar de partos frente a una embarazada o a una mujer que aún no ha tenido hijos".
En el curso preparto nos dicen que pujar no duele y que cuando sale el bebé, es un momento de supremo éxtasis y alivio.
Sé que algunas madres lo han sentido así: las que parieron con anestesia total.
Pero considero que en los cursos tendrían que contar con lujo de detalles todo lo que puede pasar en el parto más fácil, así como en el más difícil. Si no, todo es un vil engaño. A los soldados en entrenamiento no les enseñan cómo dispararle al enemigo cuando lo tienen desarmado a un metro de distancia. Les enseñan a arrastrarse por el barro con un fusil de cuatro kilos en la espalda, a saltar fosas colgados de una soga y aguantar lluvias heladas a la intemperie y sin paraguas toda la noche.
A nosotras, que pasamos por algo mucho peor que todo eso junto, todo el mundo nos lo plantea en términos de "¿Compraste batitas?", "¿Le tejiste escarpines?", "¿Tenés cinta celeste para ponerle un moño al moisés?" o "¿Qué nombre le vas a poner?". Y que no se hable de otra cosa, ¡a ver si la pobre chica se asusta! ¿Y si se asusta, qué? ¿ Va a hacer “rewind” con el embarazo y devolverle el espermatozoide al marido? Yo soy de la idea de que —como decía Napoleón— en cada batalla hay que estar preparada para que suceda lo peor. Y si lo peor no sucede, siempre nos parecerá que la sacamos re-barata, y que lo de parir es pan comido. Tampoco es cuestión de hacerse mala sangre "a cuenta". Simplemente, considero que la ignorancia es lo peor que puede haber. Y en estas cosas, más vale estar prevenida.
Pues bien , ya es hora de que todo el mundo lo sepa de una vez por todas:
PARIR ES MUY DOLOROSO
¿Cuán doloroso?
El equivalente del dolor puede compararse a lo sentiría alguien que se viera forzado a sacarse un violoncello por la oreja.
Desde que tuve hijos supe que los hombres la sacan barata en la vida.
No saben lo dichosos, felices y afortunados que son por el sólo hecho de que jamás tendrán que parir. ¡Y aun así, igual pueden tener hijos!
Yo tuve partos normales y rápidos. Que igual duelen atrozmente. Pujar duele. Cuando el bebé sale, duele. Todo duele. Lo que me enseñaron en el curso pre-parto (relajación, cómo jadear sin respirar profundamente) no me sirvió para nada. El dolor es tal, que una apenas si puede acordarse de respirar.

miércoles, 1 de abril de 2009

Lo que hace una mujer desnuda en el baño ( o por qué nunca nos podemos dar un baño de espuma)

Los hombres se quejan de que nos metemos en el baño y tardamos mucho en salir. Pero ...¿ qué hacemos las mujeres en el baño? Una siempre espera el momento tener un rato para una misma , donde podamos entrar al baño, llenar la bañera y solazarnos en un baño de espuma con fragancia a rosas, o un baño de sales marinas ...si : se trata de esos dos frascos mohosos, uno comprado en Bariloche en 1997 , y otro en Pinamar en el 2001, pensando gozar de un momento de relax. Pero dado que ese momento no llega nunca, los frascos duermen ahi, en una repisa del vanitory, juntando polvo entre paquetes de algodón abiertos y ruleros de velcro repletos de pelusa de algodón .El moño del frasco del baño de espuma de rosas ya no es color rosa : da asco, pintado de Naturelle color Rubio Ceniza 61. Y la etiqueta con un caracol en la playa del baño de sales marinas de algas está corroída por el agua que pierde el caño del lavatorio . Ahora parece un frasco de sales de babosa. Pero en fin , entramos al baño y vemos ropa sucia de dos hijos escondida cuidadosamente detrás de la puerta del baño , porque les da fiaca llevarla en el lavarropa y más fiaca ponerla en el cesto de la ropa sucia que está a como 100 centimetros de distancia del rincon . Habría que embocar en la abertura y los pobres chicos nos osn basquebotbolistas de la NBA , hay que comprenderlo.
Levantamos la ropa y la ponemos sobre el vanitory que es una ensalada de 25 cepillos de dientes ( cuando en casa hay 5 personas ). preguntamos de quién es cada cepillo y nadie sabe . respuesta unánime " el mio es el azul" . O sea que en el baño hay 25 cepillos, pero parece que todos comparten el mismso . Eso es socialismo solidario. Una define " No compro más cepillos y listo" . Y mete en una bolsa los 23 restantes ( el tuyo es el blanco ...Bueno, ERA blanco ...) para tirarlo más tarde , porque ahora viene el momento del relax.
Buscamos primero ordenar el vanitory- porque una mujer no se relaja e el desorden - y vemos que la jabonera no se despega de la mesada porque está pegada a la base de marmolina con una capa de cemento ...¿Quien fue que pidió al colocador que lo pegue con cemento? No, no es cemento : es una capa de jabón añejo mezclado con pelos de barba y papel higiénico. Tratamos de sacarlo con el dedo : no sale . Lo sacamos usando las mauinita de afeitar de palanca .
Guardamos todos en los cajones del vanitory, pero resulta que no hay mas lugar en ellos : hay cosmeticos abiertos, cajas de sombras rotas sin tapa, sombra verde sobre la base de maquillaje en crema que ahora esta bien para maquillar a alguien de Frankenstein , pero no para ponerse bella. Hay piquitos de ruleros mezclados con diez peines antipiojos de dientes torcidos y en el fondo del fondo, seis alicates para uñas de los que siempre buscamos y - albricias - estaban donde siempre dijismo que estarian : en el cahjon de la derecha. En medio de eso, cuarenta blisters de medicamentos desconocidos ...y vencidos . ¿ Para que era la Fluotexina? ¿ Quien de la casa tubo que usar Carbocaftiazol? ¿ Qué cornos es el Clonazepam? Buscamos una bolsa de nylon y tiramos todod para hacer un poco de sitio y bastante más de Feng Shui. Con razon anda todo tan mal en casa : no circula la energia positiva Qi porque se choca con peines antipiojos, los hisopos sucios desparramados y las aspirinas desintegradas de los años ´80. Tiramos todos pero no alcanza una bolsita de nylon . Acabamos llenando cuatro bolsas con ese magma farmacéutico con el que quizás podria fabricarse una bomba química . Claro que al vaciar los cajones , en el fondo de estos hay una pasta compuesta por crema para manos volcada , lapiz labial triturado , ibupofenos compactados y pelambres varias. Hay gomitas para el pelo sin ninguna elasticidad y de color dudosos, hebillitas de Winnie Pooh que tu hija usaba a los dos años, y la parte de arriba de una bikini de la cual ya tiraste la parte de abajo porque no encontrabas esta parte de arriba . ¿Tampones usados acá? No : son tampones manchados del polvo del rubor roto. Y tres lapices de manteca de cacao que parecen cactus blancos, con tantas cosas pegadas encima . Metes los cajones debajo de la canilla de la bañera y los frotás con una esponja vieja ( que tambien apreció en los cajones). Cuando los secas , y los volves a poner en el vanitory, ves que arriba de este esta lleno de cepillos llenos de pelos, te lleva un buen ratos sacarle los pelos con un peine y guardarlos en los cajones como nuevos. te miras al espejo y no podes ver tuy iamgen de la de cosas pegadas que tiene el espejo : salpicaduras de dentrificos , de esos que ya tirarste tres pomos petrificados porque nadie los tapa . Mojas un algocodn con alcochol y fregas el espejo hasta que parece un espejo. Finalmente, ya es hora de tu esperado baño de espuma con aroma rosas ...¿ Espuma? Adentro de la ducha hay cuatro frascos de champus con un cuarto de litro de champú cada uno. Te metés en la ducha caliente, y mientras circula el agua, te dedicas a transvasar los restos de champú a una sola botella. Pero al mover las botellas aparecen pegotes de jabón por todos lados. Con uno de los cepillos de dientes descartado, te pasas media hora rasqueteando los restos de jabón , limpiando las juntas de los azulejos, y sacando pelos del desagüe. Después, ya que estás , fregás toda la bañera y los estantes donde ahora si , van solo un frasco de champu y un envase de acondicionador . A esta altiura ya te estas golpeando la puerta porque hay otro que quiere ducharse . Te duchás en dos minutos, enjuando los azulejos mientras te enhjuagas el pelo , repasas el piso al salir ....¿ y el baño de espumas? ¿ Y el baño de sales? Y ...quedará para el mes que viene...Donde habrá que repetir todo el procedimiento de nuevo. Además, seguro que ya están vencidos, y hay que tirarlos . Recordar : no comprar nunca más baños de espuma, por tentadores que nos parezcan con su moñito rosa y su tapón perlado, que después quedan manchados de Rubio Ceniza 61 en el fondo del estante del vanitory. Un baño de espùma es una quimera imposible para cualquier madre de familia . Es por eso que los spas se llenan de dinero : en casa es misión imposible.

jueves, 12 de marzo de 2009

Mientes diciendo " No soy controladora" si ...




Eres la única que tiene las llaves de la casa.


Sabes exactamente cuantos gramos de cada comida hay en el freezer, tiens contados los sobres de sopa dentro de cada caja y detectas al instante si alguien ha comido maníes del frasco.


Sabes exactamente qué día debes ir a comprar más detergente , jabón en polvo, dentífrico y azúcar morena.


Te enteras desde lejos con quién está hablando por telefonoco cada miembro de la familia, y se lo preguntas , para rectificarlo.


Jamás en tu vida has dormido una siesta....¡ podría suceder algo de lo qu no te enteres!


Debes saber exactamente dónde está en cada monento cadamienbro de la familia. Incluso el gato.


No tienes gatos porque es un ser que a veces no puedes rastrear.


Nada te indigna más que alguien abra un paquete de galletas sin consultarte.


Sistemáticamente revisas los bolsillos , las carteras y las mochilas de cada uno en casa.


Si alguien se demora media hora del horario habitual de llegada acsa, tiene que explicarte qué ha hecho en ese tiempo.


Exiges a tus hijos y tu marido que te cuenten sus sueños... ¡y los interpretas!.


Te ofendes todos los meses con una amiga distita porque salió con otra o fue a una reunión y no te avisó ni te invitó .


Llevas la economía familiar calculada al centavo, y te infigna que tu marido compre algo al doble de precio que tu puedes conseguirlo.


Tienes contabilizados los pimpollos nuevos de cada rosal del jardín .


Le exiges al pintor que ponga los sobrantes de pintura en latas selladas e identificadas por color. Luego te quejas de que no vuelva cuando los llamas a que retoque el cielorraso.


La casa está perfecta y nunca falta dinero .


No soportas al personal doméstico porque plancha peor que tu, no limpia detrás de los muebles y llega con diez minutos de retraso.


Pierdes trabajos porque quieres hacer la tarea de todos los demás, y superas en eficiencia a tus jefes .


Las vacaciones te parecen una pérdida de tiempo y dinero.


Ves los errores de todas las películas : eres experta en detectar que en medio de un diálogo le cambió el anillo de lugar a la actriz y el color de la corbata a actor, que los indios usan reloj y que se ve un microfono colgando sobre la cabeza del asesino serial.


Tus hijos huyen y prefieren pasar el dia entero en el ciber, y tu marido se queja de que nada te conforma.


Estás agotada, no sabes por qué y te tomas hectolitros de Olive ( la flor de Bach para recuperar la energía) y desayunas con Guaraná , Ginseng y expressos.


En casa cada nocjhe eres la ultima en acostarte. Y cada mañana , la primera en levantarte.


Te frusta espantosamente que un hijo no se saque buenas calficaciones en la escuela.


Te pasas tres dias llorando y no es sindrome premenstrual .


Tu madre jamás te llama porque crees que nunca tienes tiempo ni para hablar por teléfono.


Juras odio eterno al perro cuando encuentras el paquete de panceta vacio dentro de su cucha.


Te siente culpable por ser tan controladora, entonces agasajas a todos con una gran fondue hecha con 500grs de Emmenthal , 500 gramos de Fontina , kirch, fecula y vino chablis .


Cancelas la fondue cuando tu hijo se comio la mitad del Fontina y tu marido se bebió la mitad del Chablis .


Huyes de tu espantosa casa para ser voluntaria del hospital más cercano.


Los pacientes del hospital se quejan de que no les dejas somir la siesta, y los atosigas obligandolos a leer libros de autosanación .


Pasas del hospital a un orfanato. Duras poco : los huerafnos se quejan de que los obligas a comer sano y a aprender manualidades, cuando ellos solo quieren mirar la tele y comer chizitos.


Sueñas con abandonar todo y mudarte sola al desierto, donde no hay nada que controlar porque ni siquiera llueve, ni hay gente que meta la pata . En vez de eso, gasta un dineral en lanas , con las que te dedicas a tejer colchas frenéticamente.




Te crees una Wonderwoman cuando...

La maestra te cita a la escuela para hablar de tu hijo, y ni se te pasa por la cabeza pedirle a la maestra que lo llame al padre, no a vos.

Venís de hacer las compras del super, y en lugar de entrar pidiendo a tus hijos que bajen las bolsas del auto, las bajás vos para que no protesten , porque los angelitos están mirando la tele...

Tu hijo te llama a los gritos y vos vas, en vez de pedirle a él que se acreque, y que no acudís si te gritan .

Te descubrís planeando un menú distinto para cada uno porque Rosi está a dieta, Diego esta´ demasiado flaco, a Pablo no le gusta el pescado y tu marido sonríe solo si hay carne asada...

Preferís limpiar todo vos sola antes que contratar una mucama que te falte.

Sos la única encargada de darle los medicamentos a tus hijos ...¡ como si tu marido no supiera leer la hora del reloj!

La única en la casa que sabe coser sos vos.

Vas a comprarle un regalo de cumpleaños a tu suegra ...tu cuñada ...¡ y tus cuñados!

Si alguien te pide algo, decís siempre que " si" .

Vos nunca pedís nada .

Empezás a aprender a hacer el asado y a arreglar enchufes.

Le decís a tus hijos que hagan silencio , porque papi está durmiendo la siesta.

Todos tienen ropa nueva en casa menos vos, que usás la misma desde 1989.

Decís que al volver del trabajo planchar te relaja .

Te alimentás a carcaza de pollo, galletitas rotas , restos de sandwiches , pan quemado ...¡ y subís tres kilos por mes!

jueves, 5 de marzo de 2009

Enojadas , puede ser ...¿Aburridas? ¡ Jamás!


Cada día de la vida es para una madre una aventura asombrosa, porque los niños tiene la increíble capacidad de hacer desvanecer las rutinas.
Conozco mujeres que de solteras se quejaban de que estaban aburridas, y que en cuanto tuvieron un hijo, el aburrimiento se les desvaneció de manera definitiva. Esto no quiere decir que te aconseje tener hijos en vez de alquilar videos. Lo que quiero decir es que un hijo te puede hacer sentir frustrada, furiosa, agotada...pero jamás aburrida. Y menos, sola. Una puede sentirse sola de joven. Pero siendo madre… ¡adiós, soledad! Es más: empezás a desesperarte pensando “¿Cuando tendré un rato sola?”. La palabra “sola” - que antes te estremecía de terror- …¡ahora te suena a paraíso terrenal!
No hay recetas sobre cómo encarar la maternidad, ni métodos mejores o peores de hacer las cosas. Sólo hay madres distintas, cada una haciendo lo suyo de la mejor manera posible. Y seguro que lo hace muy bien, porque lo hace con amor.
Mi madre, por ejemplo, esterilizaba todo lo que estaba cerca mío. Me ponía escarpines y zapatitos de charol. Me obligaba a comer sesos e hígado, por el hierro. Sólo ella decidía qué ropa me pondría y cómo me peinaría, hasta que cumplí 12 años. En sus ratos libres, tejía o cosía.
Cuando yo tuve a mis hijos, nunca me lavé las manos para alzarlos, salvo que viniera de enterrar un perro en el fondo. Nunca perdí tiempo esterilizando nada, porque los chicos a los cinco meses ya están chupando suelas de zapatillas y comiendo puchos del suelo. Vestí a mis hijos con ropa oscura para que pudieran gatear por donde quisieran sin que yo no me preocupara por la mugre. Hasta que empezaron a caminar, estuvieron siempre descalzos. Nunca les puse escarpines. Descubrí que eso mantiene a los bebés muy tranquilos- usan los pies para el tacto- y no se les enfrían, porque los tienen muy cerquita del corazón. Nunca hice sesos ni hígado. Se visten solos desde los 4 años. A veces eligen combinaciones pasables, otras parecen disfrazados de murguistas, pero a mí me sacan un enorme peso de encima seleccionando su propia ropa. En mis ratos libres , lo que hago es ….perdón , ¿ de qué rato libre me hablan?
¿Alguien puede decir que alguno de los dos estilos sea mejor o peor que el otro?
Si le preguntan a mi madre, ella dirá que mi sistema es desastroso. El de ella, tal vez, fue más dedicado. Pero yo trabajo en casa y fuera de casa, y si no simplifico, me internan.
En suma: me frustro, me estreso, me agoto, me enojo…pero ya no entiendo a las mujeres que juegan solitarios, resuelven crucigramas o me llaman diciendo “¿Hacemos algo, que estoy aburrida?” , porque hace unos cuantos años – exactamente los de mi hijo mayor - que nunca me aburro.
¿Queda muy mal decirle a una amiga “¡Dale, vení a casa a planchar!”?

martes, 3 de marzo de 2009

¿Qué es ser una Superpoderosa?

Todas las mujeres tenemos capacidades que los hombres no tienen . Eso nos hace especiales siempre . Pero la mujer que es madre se convierte en superpoderosas. Ser superpoderosa es ser una mujer que toda la vida se asustó con las cucarachas y las arañas, y despésu no piude que la sacrifiquen durante el parto y se lo aguanta como una diosa, con total dignidad. Y convegamos que entre la araña y el parto, cualquiera se queda con la araña .


Ser superpoderosa es poder llegar a tiempo al trabajo después de haber pasado un fin de semana trabajando en casa sin reponerte , sabiendo que nunca tenés un día de descanso. Porque una mamá es alguien que todo el tiempo está haciendo algo.
Una madre, trabaje fuera de casa o no, siempre es una laburante. Porque en toda casa con chicos hay que levantar zapatitos del suelo, poner las lentejas en remojo, colgar la ropa y revisar que no falte nada en las mochilas de los chicos. Es poder atender el teléfono, la puerta y revolver el arroz al mismo tiempo. Es sentir que necesitarías dormir más, pero siempre hay cosas urgentes para hacer. Y si no las hace una….¿ quién las hace?
Es que de las mujeres se espera que hagamos todo. Un hombre voluntarioso puede decir “ yo en casa ayudo” , y quedar como un duque . Pero una madre no puede decir tal cosa sin quedar como una inútil. Una madre no ayuda, HACE todo, y encima, va a trabajar. La jornada laboral de los hombres es de ocho horas, y una vez que han cumplido su tarea pueden mirar toda la televisión que quieran. La jornada de las mujeres es del doble: 15 horas, porque llegan a casa y siguen trabajando. Se espera que ellas tengan la heladera llena, la comida a punto y la ropa lista, planchada y guardada . Y que no haya una parva de platos en la cocina y – si tienen empleada – que sean ellas quienes le explican a Juanita como hacer las cosas. Por supuesto, Juanita también tiene doble jornada laboral.
En nuestro país, los hogares a cargo de mujeres crecieron un 44% en los últimos diez años. Entre la gente que trabaja, más de la mitad son mujeres. Y entre todas las madres, más de la mitad trabaja. El 80% de las tareas del hogar , las hacen las mamis. En los ultimos 50 años, los hombres colaboran en sus casas solo 20 minutos por día más que sus abuelos-
Todas las mujeres se debaten pensando si están haciendo las cosas bien. Y conviven con la sospecha de que si no están dejando de lado la casa, están dejando de lado el trabajo, y si están al día con ambas cosas, están descuidando a sus hijos.
Por más que sepamos que nadie puede hacer todo bien todo el tiempo, la autoexigencia es gigante. Sentimos que todo el bienestar de la familia depende de nosotras y que si descuidamos un sólo aspecto, toda la estructura se derrumbará. Tener personal doméstico, niñeras y mayordomos por doquier tampoco nos quita esta angustia. El personal espera instrucciones, y a las instrucciones las da la madre.
Hace poco la cantante Madonna confesó que le resulta difícil compaginar su vida profesional con su familia. Afirmó que cuando está trabajando siente que descuida a sus hijos y que cuando esta con sus hijos siente que abandona su carrera . ¿ Que madre no siente eso varias veces por día?
Los días son demasiado cortos, las horas se esfuman, y el tiempo no da para todo. La prioridad la tienen los hijos, es cierto… ¿Pero los platos, quién los lava? Entonces una se las ingenia para lavar los platos mientras canta con el bebé. Eso es ser una chica superpoderosa: una madre que se las ingenia para hacer todo, y mantener a todos conformes.


Haciendo malabarismos con el tiempo

En verdad, las madres somos maravillosas. Por eso todo el mundo quiere tener una. Hacemos milagros todos los días. ¿Conflicto insoluble? No: tema mal planteado.
El conflicto de “trabajo o me quedo con los chicos”- , que parece una disyuntiva sin salida- en realidad, no lo es. El empleo materno no es una situación a debatir entre “buen” o “mal”plan. Nadie de nuestra época puede suponer que el hecho de que la madre trabaje sea malo para sus hijos. Y si la mamá trabajando no perjudica a los chicos, ¿cuál es la justificación para que no lo haga?
La noción de que el trabajo y la familia son mundos separados- de que hay que hacer “una cosa u otra” - es una falacia. Hacer ambas cosas es hacer malabares, es cierto. Pero no depende de lo bien que una lo haga una: los mecanismos de mantener la casa en orden y el trabajo al día son más dinámicos y sutiles, y cada una los resuelve a su modo.
Ser una madre que trabaja se parece al parto de tu primer hijo. Una puja horas obedeciendo las órdenes del obstetra, hasta que agotada, grita: “¡No puedo más!”… ¡y justo en ese instante nos muestran al bebé recién salido! Es justo eso lo que nos pasa a las madres: mientras sentimos que no podemos hacerlo…lo estamos haciendo.
Ser esposa, madre y trabajadora no es nada nuevo. Las mujeres siempre trabajaron.
Con este panorama…¿Cómo no vamos a estar desesperadas?
La serie americana “Ama de casas desesperadas” tuvo éxito por mostrar madres desesperadas por ir corriendo a la cama a tener sexo. Es cierto que toda madre quiere ir corriendo a la cama… ¡pero a dormir!
De tanta cosa que hacemos las mujeres, parecemos una especie de robot multifunción de otro planeta,-¿Venus? -con una capacidad increíble de hacer todo al mismo tiempo. Pero lo peor es que los hombres se dan cuenta de esto, y dejan todo en nuestras manos. No nos ayudan, porque nosotras seguimos demostrando que podemos con todo.
Nos cuesta mucho parar la máquina.
Tampoco sabemos pedir ayuda, ni logramos delegar , porque , ¿ quien va a hacer todo mejor que mamá? Eso sí : las madres jamás se aburren
Cada día de la vida es para una madre una aventura asombrosa, porque los niños tiene la increíble capacidad de hacer desvanecer las rutinas. Esto no quiere decir que te aconseje tener hijos en vez de alquilar videos. Lo que quiero decir es que un hijo te puede hacer sentir frustrada, furiosa, agotada...pero jamás aburrida. Y menos, sola. Una puede sentirse sola de joven. Pero siendo madre… ¡adiós, soledad! Es más: empezás a desesperarte pensando “¿Cuando tendré un rato sola?”. La palabra “sola” - que antes te estremecía de terror- …¡ahora te suena a paraíso terrenal!
Trabajar siendo madre es agotador, pero trae ventajas asombrosas. Además de la capacidad de tomar decisiones que te da – podés ir a la peluquería sin pedirle plata a tu marido - , te entrena en capacidades especiales de vos misma, que antes desconocías. Antes de tener hijos, demorabas una hora en concentrarte para escribir un informe. ¡Hasta te dabas el lujo de “tener ganas” de trabajar! Ahora, en cambio, con o sin ganas, sabés concentrarte en tu trabajo en un segundo mientras el nene duerme, para desenchufarte del trabajo cuando el bebé llora y volver a concentrarte a la velocidad del rayo mientras él se entretiene en romper tus revistas o desparramar spaghetti por toda la casa . Después te tocará barrer fideos, ¿pero qué importa, si terminaste tu trabajo?
Las madres que trabajan son magas del tiempo: lo estiran, lo compactan, lo potencian y optimizan de maneras que ni los físicos cuánticos podrían explicar. Pero lo mejor de trabajar fuera de casa es que nos da plata. Tener un trabajo remunerado significa no depender del hombre para sobrevivir, tener independencia, poder de decisión y hacer todos los cursos que quieras sin tener que explicarle a tu marido qué es la reflexología .
Las mujeres que entran en el mercado laboral no suelen soltarlo. Ser una madre que trabaja, pese a que es agotador, te permite disfrutar lo mejor de dos mundos: el laboral (tan lleno de desafíos y satisfacciones) y el de ser una mamá (tan lleno de manchas de puré y besos pegajosos ).
No, no somos víctimas de nada ni de nadie. Nadie nos obliga a nada de lo que hacemos. La verdad es que todo ese maremágnum de tareas lo hacemos porque queremos. Por dos motivos principales: porque nos da satisfacción y orgullo personal saber que podemos con todo – esa hermosa sensación de tener la “misión cumplida” – y porque nos encanta que nuestros amores nos necesiten.
Son muchísimas las cosas que podrían hacer nuestros hijos solos y las acabamos haciendo nosotras, sólo porque queremos hacerlas. Porque nos enternece que nos sigan necesitando, porque nos gusta que cuenten con nosotras, porque queremos que sepan que estamos ahí para ellos y porque nos encanta seguir escuchando ese titulo nobiliario que nos llena de orgullo: “¡Mamaaaaaaá!”
El problema es cuando nos llenamos de culpa. La culpa es la sensación permanente de la madre que trabaja. La culpa te hace pensar “Pobrecito: estuvo solo todo el día, es lógico que se la agarre conmigo” .El problema es que las madres con culpa no saben poner límites. Y si no ponés límites con chicos que miden un metro y están a cincuenta centímetros de vos, ¡Como pretendés ejercer autoridad a larga distancia cuando el mismo pibe mida casi dos metros y entre en plena edada de la rebeldía adolescente?
Bajar los niveles de culpa es la prioridad numero uno de la madre que trabaja. Hay tres motivos principales que llenan de culpa a la madre que trabaja : “No tengo tiempo para disfrutar con mis hijos”, , “Vivo esperando estar con mis hijos, y cuando estoy con ellos, no los soporto” y “ Mi carrera está estancada” . Pero para la madre que trabaja, sentirse culpable es algo nefasto. Primero, porque te quita autoridad ante tus hijos, que entran en crisis porque te ven dudando , justo cuando precisan firmeza.
Segundo, porque la culpa te agota tanto que no te permite rendir bien ni en casa ni en el trabajo. Los hijos deben saber que hay cosas que no les serán dadas. Ellos son más fuertes y más inteligentes de lo que pensamos. Perdonan y olvidan. Perdonan que mamá llegó tarde a buscarlos al jardín… ¡ y olvidan la mochila en el jardín!
Dicen que más vale calidad de tiempo que cantidad de tiempo. Pero - ¡ay!- para que haya calidad de tiempo se necesitan dos cosas: quien quiera darlo y quien quiera recibirlo. A veces vos querés darlo, y tu hijo solo quiere mirar la tele. Nadie dijo que los hijos fueran agradecidos. Por eso, no quieras complacer todos los gustos de tus hijos si no querés criar tiranos. Está bien que los chicos lloren. Les enseña a lidiar con su propia frustración y ayuda a que los pasajeros del tren le den golosinas con tal de que se callen.


Cómo ser una madre superpoderosa ...aunque estés reventada de cansancio




Es desesperante ver todo lo que cuesta mantener una casa limpia, y cuán poco dura la limpieza. En la batalla eterna contra la roña, una nunca gana. Cuando te das cuenta de que por más que limpies, mañana hay que hacerlo todo otra vez, una llega a cierta conclusión: si a nadie le importa que haya cosas tiradas por el piso…¿por qué te tiene que importar a vos? Para no volverte loca con las tareas domésticas, hay que bajar las exigencias. Por ejemplo, a mí no me importa que las camas estén hechas, sino que tengan cubrecamas grandes que tapen lo mal hechas que están.
Vivir en una casa impecable es una quimera. Por eso todo puede estar tan desordenado como sea, siempre y cuando no vengan visitas.
Las mujeres de hoy, samuráis de la vida cotidiana, precisamos calmar el espíritu recordando dos cosas:
1) No hay que angustiarse por pequeñeces.
2) Todo son pequeñeces.
Por esto, a veces, simplemente te conviene aceptar que no te sale ser una buena madre, sino una madre cansada. Hay dos maneras de dejar de intentar ser la Wonderwoman.
Una es copiarte de tu marido.
Mirá a tu marido, ¿cómo hace? ¿Cómo logra ser padre y no tener nunca un ápice de culpa por no estar junto a sus hijos? Tu marido siente el derecho inalienable de tener una carrera y dedicarse a su trabajo y jugar un fútbol con los amigos cuando sale del trabajo. Nadie lo culpa por eso. A tu marido los chicos lo ven solo los fines de semana. ¿Lo quieren menos por eso? Al contrario: lo quieren más, porque nunca está para retarlos.
El segundo truco para no ser la Wonderwoman es tomar conciencia de que todo se solucionaría si fuéramos más capaces de decir “¿Y qué?” como toda respuesta. Veremos que esto le quita dramatismo a las cosas, sin que tengamos que mover un dedo. Por ejemplo:
“Hay una parva de ropa para planchar. ¿Y qué? Se guarda arrugada y que esta sea la “semana de la arruga”.”
“La heladera está vacía. ¿Y qué? Comemos fruta, o hacemos ayuno.”
“Al nene le va mal en la escuela. ¿Y qué? El mundo está lleno de gente exitosa que jamás terminó los estudios.”
“Tengo el pelo a la miseria. ¿Y qué? ¡Mi marido ni siquiera tiene pelo!”
“Me la paso trabajando, arreglando la casa y atendiendo a mis hijos… ¿Y qué? ¡Me encanta sentirme una Wonderwoman!”

Tener hijos es genial. Y cada vez que nos hacen reír con sus ocurrencias, nos asombramos con sus razonamientos y que nos admiramos con sus avances – le pedimos que saquen la basura sólo cuatro veces…¡ y lo hicieron! - , nos felicitamos por haberlos tenido.Como le cuenta Bill Murray a una chica recién casada en la película “Lost in Translation”: “Tener hijos te permite contactarte con las personas más encantadoras que jamás conocerás”.
Relajate. Disfrutá. Acordate que es más importante escuchar lo que tienen tus hijos para contarte que fregar los pisos. Es más valioso sentarte a comer con ellos, que quedarte lavando los platos mientras comen solos.
La maternidad pone tu vida y tu carrera patas arriba, es cierto. Te lleva a descarrilar todos tus planes para el futuro y a querer salir corriendo de las reuniones de negocios para volver casa con tu bebé.
Ser mamá te transforma en otra persona, posterga tus planes y trastoca tus prioridades.
Te atrasa en el trabajo, demora el crecimiento de tu carrera, y te hace sentir vulnerable aunque seas Ministra de Defensa. Pero te hace desear que te duela la panza a vos y no a tu hijo, y te hace sentirte más feliz por un “ Felicitado” que trae de la escuela que porque tu jefe te felicite .
Por eso, ser mamá, aunque sea cansador, es lo único en la vida de lo que jamás te arrepentís. Ser mamá te potencia y te hace sentir una diosa : superpoderosa.

Sólo una mujer sabe lo que es ...


Pasarse la vida entera luchando contra su propio pelo .
Comprarse una blusa que no combina con nada, pero que por el precio... ¡estaba irresistible!Saber de memoria quién se casó, quién se separó y quién dejó la carrera.
Tener una cartera que parece el neceser de la abuela de James Bond , de tantas cosas acumuladas e increíbles que existen dentro de ella.
Hablar de intimidades que los hombres ni siquiera se imaginan.
Ser tratada como una idiota por los mecánicos de un taller.
Fingir naturalidad durante un examen ginecológico
Llorar a moco tendido cuando el padre del Rey León muere, dejando al cachorrito huérfano.
El poder de unos jeans, o de un body de lycra,para sostener la estructura del cuerpo.
Tener crisis conyugales, crisis existenciales,crisis de identidad,¡crisis de nervios!
Ser madre soltera, madre casada, madre separada y... madre del marido.
Ver un partido de fútbol (sólo para hacerle compañía al novio).
Lavar la medibacha en la ducha. Y después colgarla en el toallero (para horror del sexo masculino).
Comerse una caja entera de bombones porque se peleó con su novio, pasarla mal, y todavía quedar destruida porque se salió de la dieta.
Escuchar que... "mujer al volante, peligro constante", y descubrir por tu compañía de seguros que si les garantizas que sólo una mujer está harña al volante , te bajan la cuota del seguro , porque está probado que tenemos menos accidentes automovilísticos.
Lo que se siente rasgarse las medias en la entrada de una fiesta.
Sentirse lista para conquistar el mundo, cuando se está usando un lápiz labial nuevo.
Sentirte una bomba sensual porque te cortaste las puntas del pelo.
Sentirse realmente infeliz, porque no se tiene una ropa linda ( digamos, nueva) para salir (aunque tenga el armario repleto!).
Llorar ante el espejo del baño para ver en cuál ángulo lloramos más convincentemente.
Descubrir que el mundo se acaba.. y después descubrir que no era nada más que síndrome pre-menstrual. ( ver http://siemprelibreconalas.blogspot.com/)
Colocarse una faja apretada para disimular la panza.
Pasarse un verano entero usando mangas largas porque nos convencimos de que tenemos barzos gordos .
Bailar, cantar y caminar en el séptimo cielo... sólo porque "él" llamó o escribió.
No bañarse por si él justo llama .
Pelearse, sólo para hacer después las paces.
Decir no, para que él insista bastante, y después decir... ¡sí!
Quedarse esperando al marido en la cama, cuando él está leyendo su página deportiva...
Acostarse en la cama en una posición sexuy esperando que nuestro marido la detecte en cuando termine de leer el libro de 500 paginas que esta leyendo antes de apagar la luz .
Sonreír gentilmente a un cliente mientras sentis un retorcijón estomacal que te está matando .
El milagroso poder curativo de... un beso..., ungesto..., y una palabra dulce.
Ser santa, filósofa, maestra, médico, psicóloga, redentora,administradora, cocinera, encargada de mantenimiento, organizadora, árbitro... y, encima, ¡pulpo!, antes de empezar a pensar en ella misma.
Pasar más tiempo con tu gato cuando estás mal con tu pareja ( ver http://divinosgatos.blogspot.com/)
Llorar, extasiada de felicidad, y... reír, colmada de furia...
Amar al marido y soñar conque venga otro a rescatarnos de él .
Ser feliz porque por fin decidimos que ese billete, por fin lo vamos a gastar en ...¡ nosotras mismas!

Eternamente ocupadas




Ser madre es ser una mujer que trabaja. Que trabaja sin respiro
, sin recesos ni vacaciones, de sol a sol, de luna a luna.
Trabajes o no trabajes fuera de casa, si sos mamá, la vida es una sucesión de cosas que espera que vos las hagas.
Por eso, tal ve la mejor definición de una mamá es la de alguien que todo el tiempo está haciendo algo.
Muchas mamás aún nos sorprendemos de que ciertas personas que nos llaman por teléfono te digan “¿Te interrumpí? ¿Estás ocupada?”. ¿ Cómo explicarles que una mamá está SIEMPRE ocupada? ¿Cómo explicarles que no interrumpieron, que simplemente estás revolviendo el guiso mientras levantás la mesa del desayuno antes de salir a buscarlos al jardín? ¿O que estás colgando la ropa y pelando zanahorias antes de llevarlos al pediatra? ¿O que acabás de volver de la farmacia y los estás bañando , mientras vigilás que el arroz no se pase y que ellos no inunden todo? ¿ No será muy abrumador para el amable albañil que sólo quería saber a qué hora pasar a ver el caño roto en la cocina?
Una madre, per se, es una laburante .
Pero si a esta tarea cotidiana de velar por la familia le sumamos la de traer un sueldo a la casa, la cosa se complica aún más.
En nuestro país, los hogares a cargo de mujeres crecieron un 44% en los últimos diez años. Entre la gente que trabaja, más de la mitad son mujeres. Y entre todas las madres, más de la mitad trabaja.
A veces, el hecho de trabajar fuera de casa es más aliviado que la vida de la mamá en casa las 24 horas. La madre que no sale de casa no tiene ni el respiro de tener un rato para pensar sola durante el viaje al trabajo. Para una madre de tiempo completo, el desafío cotidiano es mantener la casa en orden mientras manitos infantiles demandan su atención tirándole de la ropa diciendo “mirá; mamá” cada dos segundos.
Ambos tipos de madres (las que trabajan en un empleo remunerado y las que se dedican a cuidar el hogar), por más que se deslomen en su tatrea de madre, se debaten pensando si están haciendo las cosas bien. Y conviven con la sospecha de que si no están dejando de lado la casa, están dejando de lado el trabajo, y si están al día con ambas cosas, están descuidando a sus hijos.
Por más que sepamos que nadie puede hacer todo bien todo el tiempo, la exigencia autoimpuesta es enorme. Sentimos que todo el bienestar de la familia depende de nosotras y que si descuidamos un sólo aspecto, toda la estructura se derrumbará.
Tener personal doméstico, niñeras y mayordomos por doquier tampoco nos quita esta angustia. El personal espera instrucciones, y a las instrucciones las da la madre.
Nadie duda de que la cantante pop Madonna debe tener un séquito de personal doméstico que la ayuda con la atención a sus hijos Lourdes y Rocco. Y sin embargo, ni siquiera Madonna es feliz con su condición.



Todas somos Madonna


El Síndrome Madonna: Bailando entre el trabajo en la casa
Como Madonna, un dñia nos sentios igualita a la homeless que alimenta palomas y arrastra el carrito de supermercado con sus trapos sucios, y otro día nos sentimos una diva total ... repartidas y oartidas entre dos mudnos : esa es la ezquizofrénica vida de la mujer que trabaja y del ama de casa , dos en uno , o dos por el precio de una , para el bolsillo del caballero ....
Hace poco la diva pop confesó que le resulta difícil compaginar su vida profesional con su familia. Afirmó que ello a menudo le produce un desgarro, que lucha tratando de encontrar un punto de equilibrio entre ambos mundos, y que muchas veces se encuentra diciéndose “Eres un desastre como madre”, sintiendo terribles ganas de ir corriendo a su casa a acostar a sus hijos. “Pero cuando paso mucho tiempo con ellos pienso: Dios mío, solo quiero ser artista”, confesó la cantante. Y eso la hace sentir que está desperdiciando su valiosa capacidad de trabajar horas extraordinarias en discutir con su hijito sobre por qué él debe comer verdura y no golosinas. Ese es el dilema de la mujer actual: si no está con los chicos se siente culpable, si está junto a los chicos se siente desperdiciada.
La mamá que oficia de ama de casa sin empleo remunerado sufre la misma culpa, pero en casa. Los nenes quieren que los escuches, que juegues con ellos, que les leas un librito, que dibujes con ellos. Eso es lo que una más quisiera poder hacer. Después de todo, para eso tuvo hijo: para disfrutarlos, compartir con ellos los juegos, para entretenerlos, enseñarles, hacerlos reír…Pero los días son demasiado cortos, las horas se esfuman, y el tiempo no da para todo. Tenemos que elegir: O hacemos las camas y pasamos un trapo por los pisos, o nos sentamos a modelar plastilina con el nene. Pocas madres son capaces de jugar con el nene teniendo las camas deshechas. Y cuando terminamos con la limpieza, ya es la hora de preparar el almuerzo.
Supongamos que tu bebé termina de almorzar y quiere que le hagas una torre de cubos para que él la tire de un manotazo alegre. ¿Cómo le vas a decir que no? Y sin embargo…mirás la torre de platos del almuerzo y sabes que sería mejor bajar esa torre que levantar la de cubos. Entonces tenés que decirle “ahora no, porque mami tiene que lavar los platos”. El se enoja. Y vos te sentís una mala madre. La prioridad la tienen los hijos, es cierto… ¿Pero los platos, quién los lava? Entonces una se las ingenia para lavar los platos mientras canta con el bebé, o para entrenerlo enseñandole los colores de las tazas que va sacando de la espuma detergente, o mostrándoles como hacer pompas de detergente con la bombilla del mate.
Eso es ser una chica superpoderosa: una madre que se las ingenia para hacer todo, y mantener a todos conformes.
En verdad , las madres somos maravillosas. Por eso todo el mundo quiere tener una . Hacemos milagros todos los días.

La madre que trabaja fuera de casa, encima, debe unir dos aspectos de la vida radicalmente distintos: el de mamá y el de empleada.Las madres de oficina tienen su computadora tapadas de fotos de sus bebés y dibujos hechos por sus chicos, ocupan el teléfono culposamente para saber cómo anda todo en casa y para concertar citas con el pediatra. Y llevan trabajo de oficina atrasado a casa, para ver en qué momento pueden avanzar con eso antes de quedarse dormidas.
Sabemos que la popular Madonna buscó mil maneras de unir los dos mundos, hasta haciendo cursos de Cábala. Descubrió que tampoco tiene tiempo para hacer el curso de Cábala, y terminó abandonando el curso.
Aunque ninguna de nosotras tiene que preparar shows que entusiasmen a cien mil personas, todas sentimos lo mismo que Madonna. En verdad, nos sentimos un poco peor que ella, porque ella vive en una mansión y gana discos de oro. Pese a estas diferencias, la sensación es la misma: “Si salgo a trabajar abandono a mis hijos, y si me quedo en casa, abandono el trabajo.” Tupac Amaru en el momento de su descuartizamiento se sentía mejor que una madre que trabaja.
¿Conflicto insoluble? No: tema mal planteado.
El conflicto de “trabajo o me quedo con los chicos”- , que parece una disyuntiva sin salida- en realidad, no lo es. El empleo materno no es una situación a debatir entre “buen” o “mal”plan. Nadie de nuestra época puede suponer que el hecho de que la madre trabaje sea malo para sus hijos. Y si la mamá trabajando no perjudica a los chicos, ¿cuál es la justificación para que no lo haga?
Las madres que se quedan en casa dicen estar en casa fue mejor para sus hijos, y tienen razón. Las que trabajan dicen que su trabajo benefició a sus hijos, y también tienen razón. Es como comparar churrascos con medialunas: dos cosas distintas para dos gustos distintos y momentos distintos.
La noción de que el trabajo y la familia son mundos separados- de que hay que hacer “una cosa u otra” - es una falacia. Hacer ambas cosas es hacer malabares, es cierto. Pero la teoría de los platillos de la balanza- “si pongo mucho en una cosa, me queda poco en la otra” - acá no cuenta. No depende de lo bien que una lo haga una: los mecanismos de mantener la casa en orden y el trabajo al día son más dinámicos y sutiles, y cada una los resuelve a su modo.
Como dice una amiga que compara la maternidad con la hábil capacidad de hacer malabarismo: “A veces tenés todas las bolas en el aire, y otras veces tenés las bolas por el suelo”.
Este es el tema central de la vida de una mujer : averiguar cómo compatibilizar esos dos mundos- el de los deberes impostergables y el de la atención a la familia- y tomarnos una rato para un baño darnos un baño de inmersion a la luz de una vela aromática. ¿Ciencia ficción? Naaaa…Sólo un poco de organización. Adelantás todos los relojes, les decís a los chicos que a las siete son las diez, los acostás un poco antes y sacás de la bañera todos los patitos de goma , el sonajero, la pelota …¡y el celular que no encontrabas! - antes de llenarla con baño de espuma aroma a rosas. La vida no será color de rosa pero un frasquito de su aroma te cuesta cinco pesos y te llena de placer.

Mujeres al borde del ataque de sueño




Suena el despertador, como cada mañana, a las seis y cuarto en punto.
No, no tenés que levantarte tan temprano para ir a trabajar. Tenés que levantar a tu hijo para que vaya a la escuela. No sabés muy bien para qué, porque ya sabe leer, escribir, sumar, restar, dividir y multiplicar. Pero tiene que ir. Aunque sea, para estar en algún lugar vigilado mientras vos trabajás. Además, sin la primaria terminada, no va a conseguir trabajo ni como repartidor de pizza. ¿O sí? Medio dormida, apuntás mentalmente: “Averiguar qué trabajo se consigue sin la primaria completa” ¿Paseador de perros?¿ Limpiador de inodoros?
“Mejor que vaya al cole”, pensás.
Ya hace veinte años que terminaste la escuela. En tu trabajo actual alcanza con que abras los ojos a las ocho, te vistas en cinco minutos, te maquilles en el tren y desayunes en la oficina. Pero si no te levantás vos, en tu casa nadie termina su educación. Sabrán leer, pero - ¡horror! – jamás sabrán qué pasó en la Era Precámbrica, qué es un diptongo, ni cómo vivían los antiguos griegos.
Pasarlos a turno tarde tampoco sirve: se levantan para almorzar, y nunca se acostumbran a madrugar. La que se acostumbra sos vos, que hasta los domingos te despertás a las seis y cuarto.
Esperar a que crezcan para despertarse solos tampoco resuelve mucho. Los chicos que asisten a la escuela secundaria no escuchan los despertadores.
Intentás sobornos- “¡Chicos, hay panqueques para el desayuno!”- , amenazas- “Si no se levantan, les tiro un balde agua” – , sin resultado.
No sé si fue Newton o su esposa la que descubrió la Ley de la Inercia, esa que dice que todo hijo acostado se niega a pararse y todo hijo parado se niega a acostarse, pero en cada casa del mundo, millones de mujeres son las primeras en levantarse y las últimas en acostarse.
Sabemos que si no nos levantamos nosotras, nadie arranca. Somos como el sistema de ignición del motor de la familia.
Todo esto redunda en una sola cosa: el día recién comienza, y vos ya te estás cayendo a pedazos. Y todavía te falta pasar ocho horas en la oficina, o doce horas trabajando en casa, teniendo todo limpio, ordenado, haciendo las compras y cocinando para todos….¡ Noooo!

Amas de casa desesperadas


Ser una madre que trabaja se parece al parto de tu primer hijo. Una puja horas obedeciendo las órdenes del obstetra, hasta que agotada, grita: “¡No puedo más!”… ¡y justo en ese instante nos muestran al bebé recién salido! Es justo eso lo que nos pasa a las madres: mientras sentimos que no podemos hacerlo…lo estamos haciendo.
Ser esposa, madre y trabajadora no es nada nuevo. Las mujeres siempre trabajaron. Ya fuera en trabajos formales o en changas, como médicas o como lavanderas, como abogadas o vendiendo velas artesanales que hace en el garage, toda mujer en algún momento de su vida intentó ganarse unos pesitos para parar la olla o para sus propios gastos.
Tampoco es novedad que hay muchos varones que se hacen cargo personalmente de casa e hijos, y cumplen ellos mismos esta agotadora doble jornada. Pero siguen siendo más las mujeres que sienten que casa e hijos son su exclusiva responsabilidad, por más que además tengan empleos de tiempo completo.
Un informe de 1986 de ILET sobre la Mujer, de la República Dominicana٭, publica una lista de 198 tareas cotidianas que debe hacer un ama de casa. Una lo lee hoy, y ese listado correspondería al de una mujer que está de vacaciones en un resort cinco estrellas de Punta Cana. Menciona muchas cosas que aunque parecen simples no lo son.
La tarea número 9 , por ejemplo , es “Recoger cosas tiradas”. La mayoría de las casas está habitada por gente que cree que el lugar donde se guardan las cosas es el piso. La única persona que no soporta verlas ahí, sos vos.
Yo amplié ese listado para ajustarlo a las labores reales de una mujer actual, y llegué - solamente en tareas cotidianas básicas - a la friolera de 402 trabajitos mínimos que tiene que hacer cualquier mujer todos los días para que la casa funcione, suponiendo que tenga hijos sanos, no tenga ancianos a cargo, y que no se rompa un caño en el baño.
No voy a reproducir el listado aquí porque se iría el libro en eso, pero daré algunos ejemplos de las tareas femeninas agregadas con al modernidad. Es que a más poder adquisitivo, más cosas en la casa y más trabajo con las cosas. Por ejemplo, la tarea 326 es “Limpiar el horno a microondas”. Hay que limpiarlo porque si acumula grasa se descompone. También hay que mandarlo al service cuando los chicos olvidaron una cuchara en su interior. Y acordarse de ir a buscarlo al service. Otras tres tareas necesarias para tener con qué calentarse un café que nos permita estar despierta…¡para limpiar el microondas!.
La tarea 377 es “Cargar los celulares”. Porque cuando esperás que tu hijo llegue a mediodía, él vuelve a medianoche diciendo “El celu se quedó sin batería”. Pobre santo, si sólo tiene 17 años,¿cómo va a saber que existen los teléfonos públicos?
La 383 dice “Chequear cómo anda el auto”. Definitivamente, un auto no ayuda a las madres. Si es de tu marido, le tenés que pedir de rodillas que te lo preste. Si es tuyo, tenés que arrodillarte a ver qué es eso que le gotea debajo del motor. Y luego, arrodillarte ante el mecánico para que no te mate con el precio del arreglo. O sea, una mujer con auto vive de rodillas, rezando para que no se rompa justo cuando llevás a tu hijo al médico o la profe particular de matemáticas (que tiene menos turnos que el médico) .
La tarea femenina 402 sugiere: “Pedir al marido que te dé una mano”. Una siempre espera que el marido dé una mano. En realidad, no espera una mano, sino ser reemplazada por el marido. Mejor aún: ¡que él sea la madre! Pero una sigue esperando que por lo menos ayude. Aunque “ayudar” no significa “hacerse cargo” de que la tarea esté acabada. Claro que hay padres que los bañan, pero jamás recuerdan cortarles las uñas ni darles el medicamento a la hora que les toca. O sea que una no se salva de verificar que lo que deba hacerse, sea hecho.
Tener una empleada doméstica tampoco te salva.
Entrenarlas en hacer las cosas a tu modo y que no laven los platos con champú anticaspa lleva casi tanto tiempo como que las hagas vos misma. Y todavía no figuran las otras trescientas cosas que tiene que hacer en el trabajo.
Con este panorama…¿Cómo no vamos a estar desesperadas?
La serie americana “Ama de casas desesperadas” tuvo éxito por mostrar madres desesperadas por ir corriendo a la cama a tener sexo.
Es cierto que toda madre quiere ir corriendo a la cama… ¡pero a dormir!

٭ “Mujer, madre y divorciada”, de Mirta Videla, Edit Besana, Bs As , 1986

Desbordadas




Si nunca pasara nada en casa y nuestras vidas corrieran con absoluta placidez, ser una madre que trabaja no sería ningún problema. Pero toda madre sabe que los lapsos en casa sin sobresaltos son momentos de beatitud para atesorar, porque duran muy poco.
Por ejemplo, nunca sucede que un chico tiene fiebre a la noche y a la mañana ya está bien. A la mañana está peor: le duele el pecho y la cabeza , y no quiere comer . ¿Quien mejor que mami para cuidarlo? Pero mami no puede dejar de hacer las cosas de la casa, o faltar al trabajo. Y te vas a trabajar llena de angustia, calculando llevar a tu hijo al médico cuando vuelvas del trabajo. Pero en el trabajo la que se siente para el diablo sos vos, sabiendo que tu hijo se siente mal. Para colmo, las fiebres no vienen de a una por vez : un hijo enfermo significa una familia entera enferma . Es como que los virus practican en el cuerpo de un hijo, para hacerse más fuertes en el cuerpo del hijo siguiente. En 24 horas tenés dos hijos con fiebre en vez de uno. Al tercer día , tu casa parece un hospital : toses, nebulizadores , pañuelos de papel por todos lados , frascos de jarabes, cajas de antibióticos …¡ y faltan siglos para el fin de semana!
A uno le tenés que dar un comprimido cada 12 horas , el otro toma una cucharada de jarabe cada 6 horas , y el otro toma medio comprimido cada ocho horas. ¿Viste que los comprimidos que vienen con una ranura al medio para partirlos, nunca se parten al medio, sino en cinco trocitos irregulares? Entonces a uno de los nenes le tenés que armar medio comprimido con dos trocitos y un cuarto. El menor no traga pastillas enteras y a la nena no le gusta el sabor del jarabe. ¿Quien le va a dar los remedios? ¿La señora que limpia? Vos te pasás la mañana entera en la oficina en estado catatónico mirando el salvapantallas con la foto de tus hijos sanos, recordando esos bellos tiempos sin toses ni mocos, mientras vigilás el reloj para llamar a casa en medio de una reunión de trabajo avisando que ya es la hora de que el nene tome los pedacitos de comprimido ( que es horrible) con azúcar…¡Pero la señora que los cuida te dice que el azúcar no mejora el sabor del remedio, sino que el remedio estropea el gusto del azúcar!
Después de treinta llamados clandestinos desde la oficina buscando turno con un pediatra que te atienda en un horario en el que no debas escaparte de la oficina para llevar al nene, te das cuenta de quien necesita un médico para tu dolor de panza de tantos nervios sos vos. Andá y hacete un té de tilo antes de que tu jefe se entere que estás físicamente en la oficina pero tu alma se fue a casa y se quedó allá . De eso también son capaces las madres , de hacer viajes astrales para estar con los hijos que se sienten mal .

- Ma: esta tarde me dolía todo .
- Sí, ya sabía .
- ¡Pero si yo no te lo conté!
- No importa, yo ya sabía .

¿ Tenemos la bola de cristal? No: transmigramos nuestra alma al cuerpo del nene enfermo.
De todos modos, toda gripe se cura en diez laaaargos días, y hasta la próxima, todo se habrá olvidado. Por suerte también se olvidan de tu cara los pediatras de guardia que repiten “señora, no lo traiga siempre a la guardia , llévelo al pediatra de cabecera” . ¿Ah, sí? ¿A las diez de la noche, con un nene con 40 de fiebre? ¿Al pediatra que te da turno para el mes que viene, y donde te tocan dos horas de espera en una sala llena de nenes mocosos? El único pediatra de cabecera que precisa una madre es un pediatra que esté sentado en la cabecera de la cama del nene, no el que te da un celular que siempre tiene una grabación de contestador telefónico.
Situaciones como estas prueban las agallas de toda madre en momentos de crisis.

Situación límite


Si las situaciones desesperantes no aparecen solas, las trae el jardín o la escuela.
Como cuando a tu nena que va a Sala Rosa le toca hacer de dama antigua el 25 de Mayo, pero no quiere hacerlo. Tenés que ponerle miriñaque a una miniatura de tres años que quiere disfrazarse de hada o de princesa, no de dama antigua. Tampoco quiere saber nada con peinetones en la cabeza, porque las princesas no usan peinetones.
No te queda más remedio que llegar tarde al trabajo luego de depositarla en el jardín luego de que la convertiste de que se vista de “hada antigua”- con un disfraz improvisado con una pollera vieja, una blusa arremangada y varios pañuelos,- tapada con toneladas de maquillaje para acallar sus quejas.
¿Fin de los problemas con el jardín?
No, el problema empieza a la salida del jardín: “Mami, ¿hoy puedo invitar a Rocío a casa?”
Esa frase es fatal. Vos no sabés si Rocío es tan suave y dulce como su nombre lo indica, o si es una minipunk que se va a divertir saltando sobre tus sillones y cabalgando sobre tu perro. Si ese mismo día tu hijito invita a sus amigotes Tobías y Manuel, ya sabés que aunque Rocío sea una dulce mujercita, Tobías y Manuel junto con tu hijo son capaces de convertir tu casa en una sucursal de Bagdad bombardeada mezcla con huracán del Caribe.
¿Como controlar a tantos niños sin una madre vigilante?
Queremos que tengan su vida social, nos encanta que se animen a invitar chicos… ¡pero mamá no está para avisarles que no pueden apilar tres sillas para acceder a la alacena de las galletitas! Si decimos “no inviten a nadie”, les coartamos su vida social. Pero si decimos siempre que sí… ¿Quién los controla?
Llegás a la tarde a casa agotada, para enterarte de que por suerte no pasó nada grave. Tobías perdió las pilas recargables de tu cámara digital, Manuel rompió una cuerda de la guitarra de tu marido, tu hijo tiró por el balcón la lapicera favorita de tu marido y Rocío – la amiguita de tu hija - se dedicó a bailar un patriótico malambo sobre galletitas Oreo pisoteadas sobre la alfombra…Pero están todos vivos, y por suerte en cinco minutos más, los respectivos padres pasarán a buscarlos a todos. Bueno… ya hace una hora y media que dijeron eso.
Es que para las otras madres tampoco hay nada mejor en la vida que saber que sus hijos están cuidados por otra madre. Equivale a unas minivacaciones de dos o tres horitas. ¡ Pero qué buena idea!

- Lucas …¿ No tenés algún amiguito que te invite a su casa a un piyama party que dure dos o tres días, mi amor?


Por fin llega el descanso

Una madre nunca llega a casa a relajarse, sino a ponerla en orden.
Si no trabajás afuera , te tocó reunión de padres , barrer los pisos, pelar papas , hacer la comida , lavar todo, llevar a a la nena a danzas y a los chicos a fútbol, volver a acomodar la ropa seca, planchar un poco, salir a buscarlos, llevarlos al dentista, hacer la cena .,..¡no das más!
Cuando creías que ya habías terminado con tu jornada y metés a los chicos en la cama, tu hijo te dice “Casi me olvido : mañana tengo que llevar a la escuela una torta con forma de volcán para la clase de Geografía” Pensás que es chiste , o que tu hijo entendió mal . Pero no: la maestra pidió que formen grupos de a cuatro y que cada grupo lleve una torta con forma de volcán relleno de lava para explicar cómo estalla la corteza terrestre…¡o como estalla una madre agotada!
No podés decirle a tu hijo “te jorobás, me lo hubieras dicho antes” . El te explica que se peleó con los de su grupo porque lo cargaban por sus anteojos, por eso debe hacer la torta solo. Mejor dicho, mamá sola tendrá que esperar que el bizcochuelo se enfríe para darle forma de volcán relleno de lava de dulce de leche. El volcán queda como un chichón, pero así salen los volcanes nocturnos hechos con muchísimo sueño.
Ya es medianoche. Desde las diez estás tratando de meter a los chicos en la cama. Ya les apagaste tres veces la luz, y ellos siguen dando vueltas. Tu marido te dice: “¿Venís a la cama?” y vos le decís, “ Sí . Guardo todo en la heladera y ya voy”. Pero ya que estás en la cocina, ponés los platos en la pileta. Y cargás el lavarropas para mañana. Ves una mochila en el piso. La levantás y se caen tres cosas por un agujero. Cosés el agujero. Firmás el cuaderno de comunicados. Tu hija de tres años te llama desde su cama a los gritos, para decirte que acaba de recordar que mañana tiene llevar al jardín piedras y arena, vaya a saberse para qué. ¿Querrán construir un anexo? Y vos te vas a dormir con la extraña sensación de tener que asaltar la obra en construcción de la esquina para cumplir con los requisitos de la enseñanza primaria.
Tu marido insiste: “¿Y? ¿Venís a la cama?”.
“Sí, pará que busco cambio para pagar el micro de la escuela”, le decís.
Levantás unos calzoncillos del suelo. Regás las plantas. Cerrás la bolsa de la basura que nadie sacó. Ponés los trapos de piso en agua con lavandina.
Te lavás los dientes, mientras levantás ropa y toallas tiradas por el piso.
Exhausta, a la hora que hasta los ladrones y las brujas se quedan dormidos, entrás a tu cuarto a los tumbos, porque tu marido apagó la luz, y ya está roncando. Caés rendida en la cama, pensando que por fin el día terminó,
Pero ves un resplandor en el cuarto de tu hija de ocho años. Y vas a apagarle la luz, porque ella sigue leyendo…un libro de cuentos. Querés matarla. Pero optás por respirar hondo y preguntarle por qué lee cuando ya debería estar durmiendo desde hace tres horas. Y ella agita sus pestañitas y te dice “Leo porque ya no me contás cuentos antes de dormir, como cuando era chiquita”. Se te estruja el corazón. Te sentís una porquería de madre, una cruza de Cruella de Vil con la madrastra de Cenicienta.
Te sentás a su lado, la abrazás, la arropás y le contás un cuento cortito, porque ya no hay tiempo para más. Ella cierra los ojos, sonriendo. Le apagás la luz y te vas a la cama.
Pero no podés dormir, del acelere, y prendés la tele bajito, a la una y media de la mañana, para ver cualquier cosa.
Porque vos también querés que alguien te cuente un cuento antes de dormir.
Aunque te queden sólo cinco horas de descanso por delante.
Por suerte, ya vienen las vacaciones y se termina todo este rollo de la escuela, el jardín, los disfraces, las piedras y las tortas volcánicas…¡ Qué alivio! ¿Alivio? A los chicos les dan vacaciones, pero a vos no. Ellos no quieren ir a la colonia porque no les gusta ni el lugar, ni el profesor, ni ir hasta allá. O sea que las vacaciones son un largo período de chicos aburridos en tu casa, o de casa de amigo a casa de amigo, peleándose en cada casa, llamándote cada cinco minutos para que retes al hermano que le pegó, le sacó un juguete o le sacó la lengua, ensuciando todo lo que encuentran hasta que vos llegues a casa…a limpiar.
Así es la maternidad.
¿ Habrá alguna manera de simplificarla?