lunes, 22 de marzo de 2010

Tourette

Tourette

Por Ana von Rebeur


Un día empecé a ver que mi hijo menor se tocaba la cabeza con enorme insistencia. Cada vez que lo miraba, estaba con al mano en el pelo . “ Sonamos , un tic nervioso” , pensé. Me metí en Internet a investigar sobre el tema. Leí que los tics nerviosos suelen aparecer en los momentos de inquietud, preocupación o nerviosismo, pero básicamente como marcadores de agresividad reprimida. Así que le pedí que una vez por día saliera al patio a gritar muy fuerte y le de muchas trompadas a los almohadones del living, para descargar su bronca. Los vecinos se quejaron al consorcio de que todos los días después del almuerzo había un chico gritando como loco en el patio. Entonces suspendí la “terapia de gritos” y le pedí a mi hijo que se las agarrara más fuerte con los almohadones. Aparte de que me quedé sin un almohadón con relleno y que por el ímpetu me rompió un par de adornos de cerámica , aún no dejaba de tocarse la cabeza. Pero esto no fue lo peor, sino que ese gesto compulsivo se lo contagió a la hermana mayor . Ahí resolver pedir turno con una psicóloga, que no tenía turno hasta el mes siguiente . Pensando qué angustia solapada aquejaba a nuestra familia me obsesioné tanto que empecé a sentir una picazón constante en el cuello . Convencida de que era una manifestación psicosomática de mi angustia por tener dos hijos con Desorden de Tourette ( tics imparables) – fui corriendo a un dermátologo que me examinó la cabeza con cuidado .
- ¿ Es dermatitis , doctor? - pregunté
- Dermatitis con patitas – me dijo, sonriendo – Usted lo que tiene es una linda pediculosis. ¿Tiene hijos chicos que se le hayan podido contagiar los piojos ?
- Si, pero no se cómo ...¡ si en casa nos bañamos todos los días!
- ¿ Qué tiene que ver? ¡A los piojos les encanta el jabón!
Yo me quedé pensando que lo piojos se le agarraron conmigo por estar vulnerable por la preocupación del tic de mis hijos. Cuando llegue a casa les revisé la cabeza . El famoso Desorden de Tourette era, en realidad una colonia de piojos equivalente a la densidad demográfica de Tokio.
_ ¿ Vos te tocás la cabeza porque te pica?
- Claro,mamá ...¡hace un montón que me pica!
- ¿ Y por qué no me lo dijiste?
- ¡Porque no me lo preguntaste! ¿Puedo seguir rompiendo almohadones?
Hablar con tu hijo es como un viaje a Cuba : te va a dejar con más preguntas que respuestas , pero las respuestas serán una enorme lección.

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