Un dios adentro tuyo
En estas fechas se impone desear algo a la gente querida , pero uno duda …¿ que desear , que sea verdaderamente útil, sin caer en el clisé?
Podria desearte felicidad, pero es un estado muy etéreo y fugaz, inasible, que depende de demasiadas cosas como para concretarse.
Podría desearte salud, lástima que es la única cosa que se nota cuando falta.
Podría desearte prosperidad y éxitos, que es como desearte que ganes la lotería: un azar que no depende de uno .
Podría desearte amor, una palabra tan bastardeada, incomprendida y usada sólo para el amor de pareja, que me resisto a usarla.
Me quedé pensando en qué puedo desearte que te sea realmente útil en este año venidero.
¿ Qué es lo que diferencia a la gente feliz y satisfecha de los infelices que se quedan en la queja eterna?
¿ Qué es lo que tienen los que crecen y maduran , que no viven paralizados?
¿ Qué es lo que mejor combate al miedo?
¿ Qué es lo que produce cambios favorables en la sociedad?
Me di cuenta de qué es lo que quiero desearte.
Te deseo entusiasmo.
La gente que hace cosas, que concreta sus sueños y que pone empeño en convertirse en lo que quiere , siempre es entusiasta .
¿ Y qué es el entusiasmo?
En latín y griego ‘enthusiasmós’, significa “llevar un dios adentro del alma” , un dios que te proteje y te da fuerzas, una fuerza divina que es motor de todo lo que hacés. Sin ser creyente, creo que todos llevamos un dios adentro, más dormido o más despierto. Cuando se despierta, nos entusiasmamos.
Según el diccionario, el entusiasmo es la exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo cautiva. Es la adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o propósito. Es la inspiración divina de los profetas, el arrebato creador de artistas y poetas . Cuando estamos entusiasmados nos acompaña un ejército invisible para lograr las metas que nos proponemos. Nadie nos para. Tenemos reales ganas de intentarlo. No nos arredra ningún esfuerzo. Confiamos en nuestra fé , creemos en que podremos. Nos divierte intentarlo. Creemos que vale la pena.
Lo contrario del entusiasmo es la abulia, la depresión, la indolencia, la decepción, el dejarse estar, presos del escepticismo .
Cuando tenemos entusiasmo, tenemos esperanzas , confiamos en nuestros sueños . Y lo mejor del entusiasmo es que es contagioso y pone en marcha hasta las voluntades de los más escépticos. El filosofo Bertrand Russell dijo que “El signo más universal y distintivo de los hombres felices es el entusiasmo”. Te deseo eso : felicidad nacida del entusiasmo.
Sólo nos quedan comienzos.
Ana von Rebeur – Dic 2009
¡Estoy contigo! me parece una buena idea lo del entusiasmo
ResponderEliminarGracias por tu deseo de entusiasmo. Porque sólo se puede dar lo que se tiene. Y después de haberte leído bastante sé que tenés entusiasmo para rato. Qué bueno que quieras compartirlo!
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